Le gustan los aeropuertos, el silencio de las bibliotecas, un splitz a mediodía, los vinilos, Iggy Pop un domingo por la mañana, jugar a cowboys con su hijo y que las cosas marchen. Se llama Sonia Barba, es actriz, es directora teatral, es poeta y, además, es palentina.

¿Cuál es su relación con Palencia?

Nací en Palencia, fui al colegio Divino Maestro y luego al instituto Jorge Manrique y a la Escuela de Artes y Oficios. Viví allí hasta los dieciocho años, cuando decidí trasladarme a Madrid. Desde muy joven me apasionaron los libros, el teatro y la música. Necesitaba encontrar personas con mis mismas inquietudes. Quería dedicarme a la interpretación y pensaba que en Madrid podría llevarlo a cabo más fácilmente.

«Palencia tiene que dejar atrás su miras de pequeña capital» - Foto: Diambra Mariani¿En qué momento decide dedicarse al mundo del arte?

En mi caso, el deseo de dedicarme al mundo de la interpretación, la creación y el arte, es completamente vocacional. Recuerdo asistir a las representaciones del Teatro Principal, ver Medea y pensar «yo quiero hacer eso». Recuerdo también el programa de televisión Estudio 1. Fui una adolescente insomne y por las noches escuchaba Radio3 a escondidas, ayudándome de unos walkmans que cogía a mis hermanas mayores; allí escuchaba el programa Rosa de Sanatorio, de Jose Luis Moreno Ruiz, al que pude conocer más adelante, cuando llegué a Madrid. Siempre soñé con actuar.

Bertol Brecht dedicó uno de sus más famosos poemas a esta expresión. Más tarde, Golpes Bajos le puso el mismo título a una canción: Malos tiempos para la lírica. Significa que cuando corren tiempos mercantilistas es mal momento para dedicarse a actividades de inspiración. En su opinión, ¿son buenos o malos tiempos para la lírica? 

«Palencia tiene que dejar atrás su miras de pequeña capital» - Foto: Diambra MarianiSi lo dijeron Brech y Golpes Bajos, no hay mucho más que añadir. Así es, la lírica requiere de silencio, de observación, de escucha y eso cada vez está menos valorado. Pero por otro lado, está comprobado que no hay nada que pueda acabar con la poesía. Los lectores de poesía son fieles, cuando has sido tocado por un poema, por un autor, seguirás buscando eso en tus próximas lecturas. Como dice Joan Margarit, «los que han aprendido a interpretar un poema, a escuchar el orden fundamental de las palabras, han accedido a un mundo al cual difícilmente renunciarán».

¿Qué es, para usted, la poesía? 

La poesía es algo puramente vital, algo que te pone en contacto con tu propia existencia, con el aquí y el ahora. Es una manera de mirar el mundo, de relacionarse con el.

¿Y el teatro? 

El teatro es un espejo y una rebelión. El teatro necesita del otro, de su contacto. Estos días lo estamos notando mucho, los artistas plásticos, los escritores, los poetas pueden seguir desarrollando su arte, pero para los actores y actrices resulta casi imposible, el teatro tiene su base en una compañía, en un grupo de gente trabajando en una misma dirección y en un público que recibe. En el escenario se ilumina una parte de la vida que normalmente es la que la sociedad desdeña, tal como indica el maestro Eusebio Calonge.

Actúa, escribe, dirige... Elija uno solo de estos oficios 

Están tan ligados que no sabría decirte. No soy de las que les gusta elegir. Imagino que la mayoría de las personas se ven, de alguna manera, inclinadas a tener que elegir cuando una, de entre el montón de cosas que les gusta o saben hacer, les resulta más rentable económicamente que las otras. Hay un mandato no escrito, por el cual debes dedicarte a lo que da más dinero. Se puede decir que yo soy ¿afortunada? Ninguno de mis oficios hace sombra al otro en este sentido. 

Desde el año 2011 está al frente del Prostíbulo Poético. ¿Cómo surgió esta iniciativa y en qué consiste exactamente? 

El Prostíbulo Poético es un colectivo de personas unidas por un denominador común: la poesía. Es un proyecto independiente que realiza eventos periódicos y se mantiene gracias a dichos eventos, a sus socios y a la venta del Libro Rojo, antología anual que recoge el trabajo de las poetas que forman parte del proyecto. La idea es fantástica, reivindicamos el vis a vis de poesía, la poesía recitada en privado, como un acto íntimo, directamente de poeta a cliente, en un ambiente mágico en el que recreamos un burdel de fantasía lleno de personajes con los que cualquiera querría cruzar unas palabras y pasar un buen rato hablando. Este año cumplimos once de trayectoria en Barcelona, dos en Madrid y acabamos de abrir nueva sucursal en Valencia.

Prostíbulo Poético ha conseguido conquistar al público de Barcelona, Madrid o Valencia, capitales modernas y cosmopolitas. Como usted, muchos otros artistas palentinos han tenido que emigrar. ¿Qué es lo que hace tan difícil poner en marcha ciertos proyectos en la provincia? 

Creo que hay mucho talento en Palencia y muchísimas ganas de hacer cosas. El Teatro Principal suele estar lleno, mi madre me lo confirma cada semana, es una gran aficionada; el festival Palencia Sonora ha tenido un éxito rotundo; las librería s Ateneo y Del Burgo se mantienen muy activas con presentaciones de libros; la gente de Diversos, con Luis Javier Pinar a la cabeza, organizan recitales de poesía periódicamente. Lo que pienso es que, al entusiasmo y las ganas de hacer, se suma una gran frustración porque el trabajo realizado no está puesto en valor por parte de las administraciones y siempre es una lucha contra  la precariedad de medios. Palencia no debería vivir de espaldas a las inquietudes culturales de sus jóvenes, que son su futuro. Ha de atreverse a dar el salto y dejar atrás sus miras de pequeña capital de provincia. Recuerda que Palencia tuvo la primera Universidad Europea, hecho que muy pocos palentinos conocen. 

Dicho de otro modo, ¿cree que en Palencia se cumple aquello de que nadie es profeta en su tierra? 

No puedo tener una visión muy objetiva sobre esto, pero desde luego en mi caso así es. Me da mucha pena no haber podido llevar ninguna de mis obras ni el Prostíbulo Poético a mi tierra. Es algo que me haría tremendamente feliz.

¿Qué puede decir de las personas que la acompañan en esa aventura?  

Tengo el mejor equipo soñado. Dirigir el Prostíbulo Poético me ha dado la oportunidad de conocer a grandes personas. Poetas, fotógrafas, creativos, agentes culturales, no sabría por donde empezar a nombrar y siempre me dejaría personas fuera. 

Hasta el momento han pasado por el Prostíbulo Poético mas de cien poetas y artistas. Recuerdo los principios con Belén Berlín, Dante Alarido, Lobo o Blanca Haddad. Fotógrafas como Diambra Mariani, Carles Mercader o Ilde Sandrin. Poetas que han comenzado su apuesta de vida relacionada con la edición, la traducción o la escena como Albert Sánchez, Raúl Ornellas, Emilie DelCourt y Nelo Sebastián. Personas que dedican su vida a su sueño como Pilar Astray o Blas Nusier. Ainara del Hoyo, poeta que revisa y corrige los Libros Rojos; Cristina Pastrana, encargada del diseño gráfico que nos ha dado una identidad;  Laura Suárez, al mando de la Sala Equis en Madrid, o Raffel Plana y Óscar Machacoses, de La Bacanal en Barcelona, son aliados en todo este juego. La actriz Mar Balaguer, la cantante Larah Fémina de Palencia o la ganadora del Premio de Poesía Bíblica Iberoamericana, Laura García de Lucas, también. Sí, la erótica y la mística siempre se han dado la mano. En fin, necesitaríamos las páginas completas de esta edición del Diario para poder nombrarlas a todas. 

¿Por qué ese juego entre teatro, poesía y prostitución? 

Los poemas que las poetas comparten están escritos por ellas mismas. Hablo en femenino, pero también hay hombres que conforman el elenco de poetas.  Los clientes pagan por estar a solas con las poetas y, de esta manera, las poetas abren un lugar privado, jugando en una distancia muy corta, algo que tiene cierta similitud con lo que de íntimo y privado ocurre en el oficio de las trabajadoras sexuales. La máscara, el teatro, nos pone en contacto con verdades inquietantes relacionadas con la vida, la muerte, lo que ocultamos por temor a los cánones. 

A consecuencia de la crisis del coronavirus, el Prostíbulo Poético ha puesto en marcha una nueva iniciativa: Hotline Poetry. ¿En qué consiste este proyecto que además tiene fines solidarios? 

Todos los eventos que teníamos programados en Barcelona, Madrid y Valencia cayeron en un día. Nuestro colectivo se mantiene sobre una estructura muy frágil basada casi completamente en la generosidad y el trabajo de las poetas y el mío para conseguir que el barco flote. Si no hay eventos, no hay ingresos, y si no hay ingresos, el barco se hunde. 

Me siento en la responsabilidad de mantener vivo este proyecto y se me ocurrió que la línea telefónica podría ser un buen instrumento. Tiene un toque retro, huyendo de la videollamada, que para mi gusto da demasiada información a la hora de escuchar poesía. El sentido de la vista distrae la escucha. Se lo propuse a las poetas y les pareció una buena idea así que lo pusimos en marcha. 

Por otra parte, desde que comenzó todo esto, le di muchas vueltas a de qué manera podríamos ayudar. Las redes están saturadas de contenido gratuito de todo tipo, la gente está compartiendo directos por encima de sus posibilidades. Invité a Alberto Velasco a colaborar atendiendo llamadas los domingos y él me dio la idea de donar lo recaudado a la iniciativa de Sara Sálamo e Isco Muñoz, que están comprando material sanitario y haciéndolo llegar a hospitales. 

En los momentos difíciles, las artes plásticas y escénicas o la música tienen una importancia vital

Es cierto, consiguen calmar la ansiedad, nos sacan de lo cotidiano, nos muestran la belleza y su cara opuesta. El uso de la expresión simbólica ha sido utilizado desde siempre para sanar. El arte tiene la capacidad de comunicar sentimientos, ayuda a expresar aquello que, de otra manera, no nos está permitido. Debería tomarse nota para revisar los patrones de educación y las asignaturas que son consideradas reinas. 

También es directora de la compañía InterFans, está al mando del espacio radiofónico Mísero Palace, ha editado varios libros... ¿Cómo compagina estas facetas? 

Sí, son cosas que una va haciendo. Así todas juntas parecen mucho, pero realizadas a lo largo de los años, no son para tanto (ríe). Los libros editados son Dear Pretty Baby, de 66RPM Edicions, y Desobediencia, de Huerga y Fierro Editores. Por cierto, en mi próximo viaje a Palencia tengo que acordarme de llevarlos a la biblioteca, lugar que adoro y al que iba cuando me saltaba las clases del instituto. Esos y los Libros Rojos del Prostíbulo Poético que he editado.

Las crisis económicas siempre golpean fuerte al mundo del arte. ¿Cuáles son sus expectativas para los próximos meses? 

La verdad es que vamos a necesitar la complicidad de nuestros seguidores para salir de esta. La semana que viene realizaremos una preventa del Libro Rojo Vol. 11, que debería haber entrado en máquinas esta semana. Cada año, antes de Sant Jordi, el 23 de abril, editamos la antología que recoge el trabajo de las poetas que forman parte del colectivo. Este año, solo podremos llevarlo a cabo si las personas interesadas en nuestro trabajo apuestan por ello comprando anticipadamente el Libro Rojo. El respaldo de nuestros seguidores va a ser la clave. Todo el que quiera apoyar el proyecto está invitado a visitar el apartado Socios de nuestra web y hacerlo. ¡Les estaremos eternamente agradecidas!

Para finalizar, ¿dónde encuentra la inspiración y cuáles son sus próximos proyectos? 

La inspiración la encuentro en el silencio, en las poetas que descubro cada día, en las conversaciones largas en las que lo de menos es tener razón, en tener una actitud de apertura. 

Por otro lado, en estos días, comenzaba una residencia artística en la que trabajar en mi próxima pieza escénica, la adaptación a escena del texto de Dear Pretty Baby. Habrá que retrasarlo, pero espero poder estrenarlo en el invierno de 2021. También estoy dándole vueltas a la idea de poner en marcha un espacio para alojar las necesidades de los poetas. Humildemente, creo que es aconsejable permitirse pensar en grande.