José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


De Ramos a Pascua

09/04/2022

Mañana iniciamos una Semana Santa con la esperanza de volver a una normalidad rota por la pandemia. Ya no hay duda de que nada será igual que antes, no sé si somos más fuertes o más cautos, pero sí creemos en la necesidad de vivir como seres humanos sociales, de relacionarnos buscando el bienestar y el regreso a nuestras tradiciones. En este caso a la Semana Santa de Palencia, sus cofrades, los ritos, el acervo cultural y artístico de sus imágenes, junto al fervor de los creyentes. Es el retorno a casi una nueva Semana de una gran importancia para el cofrade que vuelve a pregonar su fe tras el grave infortunio que se ha llevado por delante a algunos de nuestros vecinos, amigos o familiares.
Es el tiempo del sentimiento cofrade y creo que no es fácil hacer una descripción exacta y fidedigna de los sentimientos del cofrade en procesión. Después de dos años sin manifestar su fe públicamente, es una Semana Santa en la que se van a renovar una conmoción generada por nuestras creencias en la Pasión que mañana se inicia con la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, como centro mundial de la fe. El cofrade que acompaña en silencio la imaginería que representa los diversos pasos penitenciales percibe sus vivencias personales, sus conflictos actuales, sus esperanzas y desengaños. Representación de sentimientos aparentemente contrarios a un sentimiento trágico de la vida y una expresión de alegría. 
Las cofradías y hermandades, apoyadas por la Iglesia, son de origen laico, donde todos sus integrantes buscaban apoyarse en momentos difíciles y experimentar la Pasión de Cristo, con petición de ayudas frente a pestes y calamidades. Hoy, seguramente, con más creencia en las vacunas. Así todo, la Semana Santa palentina es de silencio, de elegancia visual, de imaginería representativa de la liturgia que se celebra en el interior de los templos y se relata en la calle. Es por ello que cuando salen a la calle lo hace a modo de penitencia, en honor a la sufrida por Jesús. Si la Semana Santa en Castilla y León se caracteriza por recogimiento y sobriedad, en Palencia se acentúa y se distinguen por su orden procesional y homogeneidad.