Los últimos datos recabados por el Sindicato de Enfermería (Satse) han puesto de manifiesto un repunte en las agresiones sanitarias en Palencia, ya que en lo que se refiere al período que comprende el segundo trimestre, de abril a junio, la cifra ascendió a 9. «No tenemos datos oficiales ni constancia de que entre enero y marzo se hubiera producido alguna denuncia, pero en muchos casos se decide no presentarla aunque pudiese existir un incidente verbal grave o amenazas de un paciente», señala a DP la secretaria provincial del sindicato, Sonia Pascual.
Por ello, pese a que pudiera no haberse producido ninguna agresión los tres primeros meses del año, Satse señala que «contabilizar nada menos que nueve de abril a junio es un incremento claro y peligroso», basándose en los datos del Observatorio de Castilla y León de agresiones a sanitarios, dependiente de la Consejería de Sanidad.
cifras al alza. En ese sentido, durante 2021 hubo un total de 29 profesionales agredidos física o verbalmente, lo que supuso un aumento del 163,6% respecto a 2020, cuando se cuantificaron 11 y, de ahí, la preocupación sindical, de que en los últimos tres meses del presente año haya habido ya 9 agresiones.
Si bien en todas las provincias de la Comunidad se produjo un aumento de las agresiones, la provincia de Palencia se lleva la palma en cuando al incremento del porcentaje comparando los datos de 2020 y 2021, respectivamente.
Según los datos que fueron aportados por el Observatorio de Castilla y León de agresiones a sanitarios, 12 de las 29 contabilizadas se registraron en el complejo hospitalario (cuatro en 2020) y las 17 restantes en los centros de salud de Atención Primaria (7 en 2020). Por áreas, en Palencia 20 de los 29 profesiones agredidos fueron médicos, cuatro eran profesionales de Enfermería, cuatro celadores y un técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).
carencias y malestar. En opinión de Sonia Pascual, secretaria provincial de Satse, las carencias actuales derivadas de la falta de personal sanitario para atender las necesidades en la provincia provocan un descontento que, en ocasiones, se paga con los profesionales de la sanidad. «Los ciudadanos no obtienen la asistencia que necesitan y el incremento de los tiempos de espera, junto a la sensación de que no se va a dar una pronta solución a su problema de su salud o la de su familia, les altera. Aunque la bronca debía ser contra quien no ha gestionado bien la carencias en Atención Primaria y en consultas hospitalarias», dijo.
Al respecto, la dirigente sindical expuso que «quien paga el pato es quien da la cara, y en su mayoría el personal que sufre en porcentaje el mayor número de agresiones notificadas es el de Enfermería, aunque hubo algún caso puntual en administrativos y celadores»,
Por otro lado, el mapa 2022 de centros de salud en seguimiento en el ámbito de la Atención Primaria que se han convertido en lugares de «alto riesgo» (en el que entran cuando hay más de dos agresiones en un año y salen cuando no se registran en dos ejercicios) tiene en la provincia cuatro registrados: Barruelo de Santullán, Venta de Baños, Guardo y Pintor Oliva, situado en la capital.