Ayer, mientras realizaba mis labores tenía la radio puesta y cuando estaba pelando una patata, comenzó a sonar una canción y noté esa sensación que creo que sienten los jóvenes al referirse al ‘me pone’. Sí, porque mandé cuchillo y patata a hacer puñetas y noté que los pies no dejaban de llevar el ritmo.
Por lo tanto, la canción ‘me puso’. Se titula La boca junta y la interpreta Melendi y un conjunto muy bueno. Hay que reconocer que el ritmo de esas canciones actuales, protagonistas de botellones, juntetas, jolgorios y rienda suelta, casi todas tienen ‘mucha marcha’. La mayoría cantadas en extranjero, pero al conservar el ritmo, enganchan, ‘ponen’, y sin duda logran amenidad sin límites. A mí, muchas de ellas me gustan tanto que entiendo a esos grupos que las convierten en protagonistas de sus ‘tubos de escape’. Pero a la vez, rechazo, y condeno, que amparándose en ellas reine desmadre y desenfreno. 
¡Eso no!. Pero sin duda, con música como complemento se puede lograr la casi total evasión ante ciertos momentos puntuales, como el actual. Escribir... bailar... cantar... Los poetas no encuentran los paralelismos para conjugar o rimar por ejemplo... astra-- séneca.... con  fayser ... ¿moderna?..., bueno, esa sí, porque rima con caverna... y sobre todo con eterna. Por eso Melendi, con su La boca junta, tal vez nos haga considerar que si no tenemos otras bocas con las que juntar las nuestras nos conformemos con cerrar la propia para que si lloramos resbalen las lagrimillas sobre ella, y si la abrimos nos las traguemos. Y a lo peor hay más opciones... Lo que no ha tenido en cuenta Melendi es que para juntar bocas hay que separar mascarillas y a lo peor nos multan por infraccionistas. En fin, que si nos motiva una canción es señal de que el ánimo, si no está dispuesto a bailarla, sí que al menos se alegre de oírla, porque eso será señal de que nuestro momento está en consonancia con el ritmo que lleva nuestra sangre, en vilo, y con su vacunita cumpliendo su cometido y paseando a sus anchas por nuestras venas. Enhorabuena, Melendi, porque tu bonita canción pronostico que será el éxito musical más famoso de este otoño. ¡Ya lo verás!. Tanto, que su ritmo desbancó a mi humilde y prosaica tortilla de patata. Pero no me importó porque no sólo de pan vive el hombre. Ni la mujer.