Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Castilla y León

22/01/2023

La política que se está ejerciendo es de tal virulencia que solo interesa a quienes la provocan. La preocupación del castellano y leonés es su tierra, a la que ve como a un puntito lejano en el mapa carente de juventud. Decía el estupendo editorial de Diario Palentino el miércoles pasado: «El aborto es un asunto que se ha de tratar sin frivolidad». Como castellana y leonesa me atrevo a añadir que también sin hipocresía. Castilla y León, es la región más extensa no solo del territorio nacional, sino del conjunto de la Unión Europea y bien parece que algunos quieran  convertirla en zona de caza. Es como un preciado tesoro hundido en medio de un erial que ahora mismo, solo interesa a modo de utilidad o distracción de otros asuntos nacionales nada menores. Incluso desde Moncloa se amenazaba con la aplicación del artículo 155. ¡Qué barbaridad! Tal vez convenga ser menos sumisos. El asunto del aborto ha surgido con fuerza; la situación es dura. ¿Cuántas veces no han dicho desde todos los colores políticos a las mujeres de esta tierra que son las únicas que pueden abrir escuelas en esta parte de la España vaciada?  Esta  Comunidad, tiene muchos mayores y pocos niños y así lleva 35/40 años con más fallecimientos que nacimientos.  
Por esas criaturas y tranquilidad de las mujeres, si podéis dejad que vuestros hijos nazcan; dadle en adopción a una de las miles de familias que esperan a un menor. ¿Qué hay una ley que permite el aborto por la razón que sea?  No entro en ello. Solo pregunto si es malo ayudar con hechos y orientar a las familias en favor de la natalidad que aquí no despega y el aborto no la rejuvenece. Como persona mayor que a pesar de todo ama la vida, con preocupación ve el polvorín que han levantado, pues con tanta información como existe a este respecto, ¿por qué elegir la peor?  Un aborto para toda mujer es un trauma. Cuántas noches sin dormir. Y si el Gobierno quiere un control de la natalidad, que no sea siempre la mujer la pagana. Alguien, con cierta sorna, decía que si se busca solo placer compartido pongan en circulación la fórmula que saben garantiza que el otro participante no es de riesgo. Solo así, es sí.