Quique Garrido vive la pandemia en Alemania

David del Olmo
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La Regionalliga germana se suspendió definitivamente hace un mes, tras casos de coronavirus en tres equipos de la competición

Quique Garrido vive la pandemia en Alemania

Quique Garrido, exjugador del Chocolates Trapa (173 partidos en cinco cursos) se marchó a vivir el pasado verano a Alemania, donde su esposa, Elvira, trabaja en el Comité Paralímpico Internacional (por dos años, aunque el aplazamiento de los Juegos podría implicar más tiempo) y él ha jugado la Regionalliga.

Fichó por el Dragons Rhondorf tras unos pocos partidos en el New Elephant Grevenbroich, donde hace un mes, «de un día para otro, se cerró la liga y el primero ascendió. Había tres equipos con coronavirus y pararon».

La situación en Alemania «es un poco distinta. Merkel nos deja salir a hacer deporte a la calle y puedes salir con alguien de tu mismo núcleo familiar. Solo están abiertas las tiendas de comida, pero no tienes la sensación que podéis tener en España. De momento es distinto. Dijeron que aquí lo iban a hacer de forma progresiva».

Se mantienen en contacto diario con la familia y los amigos de España: «cada día hay llamada, videollamadas, hablo con gente de Palencia y demás sitios donde he jugado. Veo una situación difícil en España, hay gente que va a morir y hay  mucha gente ya cansada por estar en casa, pero hay que aguantar. Aquí se lleva mejor, donde vivo, en una ciudad de 300.000 habitantes hay 180 afectados. En toda Alemania el ratio de fallecidos no es tan elevado. No sé el motivo».

EXPERIENCIA. Aunque Garrido ya jugó en Mozambique, «era otro concepto. Esto me recuerda a la EBA, juego arriba y abajo, menos controlado. Cuando bajas de categoría se juega menos estructurado, más a la carrera. Pero una experiencia grata, me acogieron muy bien, estoy muy contento».

Su deseo es «cuando pase todo, hablar con ellos y tratar de seguir otro año más. Me lo paso muy bien en la cancha. Este es el segundo equipo del Telekom Bonn de la Bundesliga, tenemos cedidos jóvenes y un par de días les hago técnica individual, que es algo que también me gusta».

El idioma «es difícil, me iba a apuntar a un curso intensivo, pero he debido aplazarlo. En el equipo hablábamos en inglés, he mejorado bastante». Yha aprovechado para matricularse en la universidad en «Psicología. Quiero enfocarme en el deporte».

Mientras, sigue en contacto con los amigos palentinos y recuerda sus cinco años en su equipo morado «casi descendidos y jugamos una final. Y el último año en el primer partido de semis contra el Manresa con la falta de ataque que no pitaron».