El problema del envejecimiento poblacional de Castilla y León sigue avanzando inexorablemente hacia el desastre demográfico. Actualmente, en la Comunidad hay 204 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, lo que pone en evidencia la delicada situación autonómica con una pirámide poblacional cada vez más en forma de peonza que pone en serios problemas la sostenibilidad de las pensiones públicas o la sanidad universal. Los últimos datos del INE revelan que el índice de envejecimiento en Castilla y León se sitúo en el 204 por ciento (204 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16), tres puntos más que el pasado año, y se coloca como la tercera comunidad de España con mayor tasa, solo superada por Asturias (231 por ciento) y Galicia (207). Estas tres ya presentan más del doble de población mayor 64 años que menor de 16 años y, en el caso de Castilla y León, supera en casi 80 puntos la media nacional de envejecimiento, que está ahora en 129 por ciento.
En el caso de la Comunidad contrastan las cifras actuales con las de la hace una década, cuando el índice de envejecimiento de Castilla y León era 28 puntos inferior al actual, y en 2010 se contabilizaban 176 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Todo ello se produce a pesar de que la pandemia ha incrementado el número de defunciones, afectando especialmente a la tercera edad, algo que no se ha traducido en un mejor índice ante la continua bajada de la natalidad en la Comunidad.
No obstante, existe en la Comunidad dos realidades bien diferencias. Mientras que provincias como Segovia (161,7%), Valladolid (171,2) oBurgos (178,8) presentan unas tasas de envejecimiento netamente inferiores a la media regional, las zonas más afectadas por la despoblación y la pérdida poblacional como Zamora, tiene disparada la tasa con 308 por ciento, lo que supone tener el triple de jubilados que de menores de 16 años. Por detrás se encuentran otras provincias comoLeón(245%), Salamanca (219) y Palencia (218).
A nivel estatal, la relación cotizante-pensionista cerró 2020 con una cifra de 1,9, un índice en caída desde el año 2007, cuando la cifra era de 2,7. «El valor mínimo actual no garantiza la sostenibilidad del sistema de pensiones y exige dar respuesta urgente a retos como la cronificación sistemática del desempleo entre la población activa de más edad o el impulso de incentivos fiscales y laborales que impacten en las familias y estimulen la natalidad», afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
A la luz de las cifras anteriormente expuestas, la Fundación Adecco reforzó el debate del talento sénior como única alternativa para el futuro de España. Ante cifras de envejecimiento de tal magnitud, para Mesonero, urge posicionar al talento sénior como prioridad nacional, tanto en las dinámicas públicas como en las estrategias empresariales, de modo que se erradique la discriminación laboral por edad.