Los héroes con crampones de Telefónica

Rubén Abad
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La base de emergencias de León presta cobertura a la provincia palentina, donde el trabajo se intensifica estos meses de invierno en la Montaña por la nieve, el hielo y las bajas temperaturas

Los héroes con crampones de Telefónica

«Son de otra pasta». Así se refieren en Telefónica a los 300 operarios de recursos propios que la compañía de telecomunicaciones tiene repartidos por el territorio nacional para atender las emergencias que surgen en la red. Un trabajo que se intensifica considerablemente en estos meses de invierno, en los que el personal tiene que lidiar con nevadas, temperaturas bajo cero, lluvias, granizadas y fuertes rachas de viento que, además de dañar los equipos y poner en peligro las comunicaciones, entorpecen enormemente su trabajo, no exento de riesgos y siempre al servicio del cliente. Una labor que no cesa las 24 horas del día, los siete días de la semana, que se complica en esta época del año en la Montaña Palentina, donde se opera en condiciones climatológicas adversas y en los puntos más difíciles donde el usuario pueda imaginarse. 


De esta función se encargan las seis bases de emergencias que Telefónica tiene distribuidas de manera estratégica por España: Barcelona, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Madrid y León, esta última la que da respuesta a Palencia por cercanía, aunque también pueden llegar apoyos puntuales desde Madrid o Zaragoza. Estas están preparadas para entrar en acción, con personal y vehículos cualificados, en cualquier momento y ante cualquier imprevisto. 


En la leonesa, ubicada en el pueblo de Onzonilla, hay destinadas cuatro personas, de guardia permanentemente y en alerta por si hubiera algún incidente en su área de actuación. Un equipo humano con un perfil multidisciplinar, con conocimientos de redes, energía, clima, conmutación, transmisión, además de una gran preparación física y mental. Es decir, todas las áreas en las que pueden tener que actuar durante una incidencia.


Dichas unidades están compuestas, además, por una flota de vehículos integrada por todoterrenos, motonieves, pisanieves y  Unimog, que permiten llegar a zonas de muy difícil acceso para asegurar el mantenimiento del servicio. En algunos lugares inaccesibles a los vehículo, los equipos especiales de intervención están preparados para acceder a pie en pleno temporal para garantizar el servicio. «Soy el primero que no está tranquilo en el momento que hay una personas sin servicio», destaca a DP Juan Carlos Sequera, gerente de Mantenimiento Local e Infraestructuras de Telefónica a nivel nacional.


Tal es la experiencia con la nieve del equipo leonés, muy curtido en territorios de climas extremos en invierno como el norte de la provincia palentina, que prestaron apoyo a sus compañeros de Madrid durante el temporal Filomena al ser los mayores especialistas de la multinacional en frío y nieve y en cómo estos elementos meteorológicos adversos pueden afectar a los equipos y las comunicaciones. 


Son los héroes con crampones (pieza de metal con púas que se sujeta a la suela de la bota para escalar o caminar sobre el hielo o la nieve) de Telefónica, esos que sin capa se juegan la vida a diario para garantizar un servicio clave para la ciudadanía como es el telefónico, y más aún en pandemia.


Si en invierno el enemigo es la nieve, en verano lo son los incendios, que «queman equipos y desconectan pueblos enteros». Una muestra más de la capacidad multitarea de un personal «muy preparado» porque «cada incidencia es distinta de la anterior». «Los servicios de emergencias, además de tener una gran capacidad física, cuentan con conocimientos de todas las tecnologías que hay en Telefónica. Tocan todos los palos, de todo saben», concluye Sequera.


LOS PROBLEMAS

El suministro eléctrico, los equipos de telecomunicaciones que se ubican en el interior de casetas repartidas por todo el país y la forma en cómo estás se conectan con el exterior -por fibra óptica o por radioenlace- son los más susceptibles de tener un problema, por ejemplo en invierno, de acumulación de nieve en parábolas o, en verano, de exceso de temperatura.


«La gente desconoce el trabajo que hay detrás», asegura Sequera, que pone como ejemplo de este duro oficio las largas caminatas de varios cientos de metros (muchas veces superan con creces el kilómetro) montaña arriba, o el trabajo encaramado en una torre de 60 metros de altura cubierta de hielo y nieve.


Asimismo, explica que, en emergencias, lo que «siempre se prioriza» es la recuperación del servicio con móvil, porque la gente no está en su casa si hay una emergencia por un volcán, un incendio o un terremoto. «Coge el móvil y se va donde haga falta», enfatiza Juan Carlos Sequera.