«Los jóvenes ansían una visión renovada de los clásicos»

Jesús Hoyos
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El actor continúa este viernes en Palencia su gira teatral con la última adaptación de 'Antígona'. Habla de las distintas realidades de la cultura en España y valora el buen nivel del audiovisual patrio tras el éxito internacional de La Casa de Papel

«Los jóvenes ansían una visión renovada de los clásicos»

A finales de 2017, Netflix adquirió La Casa de Papel y se convirtió en un éxito internacional rotundo. El actor vallisoletano Fernando Cayo dio el salto definitivo a la fama tras una dilatada carrera en teatro, cine y televisión a lo largo de los últimos 30 años.

Cayo presenta la obra Antígona el viernes 4 en el Teatro Principal y comenta con DP esta nueva actualización de la tragedia de Sófocles y el estado de la cultura española.

¿Qué puede esperar el público de Antígona?

Antígona es el primer espectáculo que se estrenó después del confinamiento, en 2020, en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Fue un éxito brutal. Llevamos casi dos años de gira con la obra. Es una versión contemporánea, muy moderna, cañera y sin complejos de la Antígona de Sófocles. Es una renovación escrita y dirigida por David Gaitán, mexicano que es un genio de la dirección. Tiene un talento increíble. Es joven pero ya con un éxito internacional brutal. 

Cuando vi su primera versión, me pareció fascinante. El productor extremeño Domingo Cruz se la ofreció al Festival de Mérida. La trajeron a España y me invitaron a ser uno de los protagonistas junto con Irene Arcos. La clave es que es una versión sin complejos dirigida a todos los públicos, pero que conecta muy bien con el joven, que ansía tener una visión renovada de los clásicos. Es una obra muy divertida, aún teniendo esa profundidad de la tragedia de Sófocles. Es una versión poliédrica, al mismo tiempo la gente se emociona.

¿Qué tienen los clásicos que siempre resultan tan actuales?

Está basada en Sófocles y conserva cierto entramado de la original, pero David ha hecho una obra absolutamente nueva. Eso le permite hablar de democracia, fake news, desinformación y de la responsabilidad de los ciudadanos en un gobierno nuevo. Hablamos directamente a los espectadores y se plantea el conflicto entre Antígona y Creonte como un juicio abierto ante ellos. Al romper la cuarta pared, se convierten en ese coro de jóvenes tebanos. Eso hace que el espectáculo esté totalmente vivo.

¿Qué recuerda de sus anteriores actuaciones en Palencia?

Tengo muchísimo cariño a la ciudad y al Teatro de Palencia. Suelo visitarlo por lo menos una vez por temporada. Es un teatro hermoso, con ese patio de butacas, una excelente programación y siempre me da un inmenso placer regresar y estar hermanado con el público palentino a través de obras particulares y de calidad. 

En general, intento participar en espectáculos de los que me sienta orgulloso. Trato de elegir eso y me siento orgulloso de los últimos con los que he estado en Palencia (Páncreas, El Príncipe y Por todos los dioses).

Hablaba de la juventud. ¿Cómo responde a día de hoy al teatro?

En lo que a mí respecta, no puedo más que tener buena opinión de la recepción de espectáculos. Hemos estado llenando teatros con un público muy variopinto. Por ejemplo, el Matadero de Madrid lo llenaba público joven, básicamente. Estoy muy satisfecho. Vengo del festival Actual en Logroño, uno joven en el que se alterna música y teatro y compartimos cartel con gente como Nathy Peluso. Después de tanta pantalla durante la pandemia, la gente está deseosa de ver espectáculos en vivo.

¿En qué estado se encuentra la cultura en España tras superar lo peor de la pandemia?

Hay que señalar tres realidades. Por una parte, la pandemia ha hecho sufrir mucho a los grupos pequeños y medianos de teatro independiente, que son el gran tejido cultural de este país y ya habían sido perjudicados con el 21% de IVA y los recortes en cultura. Son los más castigados, como siempre, y hay que seguir apoyándolos. Después, los teatros públicos han estado apoyando bastante la cultura y sacando adelante programación que se había quedado atrás, muchas veces con aforos muy reducidos y haciendo ese esfuerzo. Hay que destacarlo. Por último, agradecer al público que esté llenando teatros en toda españa. 

¿Se está perdiendo en España la formación de actores en el teatro?

Creo que no, hay de todo. En La Casa de Papel casi todos mis compañeros han tenido o tienen relación con el teatro. Es un mito. Cuando un productor busca actores sólidos, normalmente tira de gente de teatro. También es normal que haya renovación, caras nuevas, actores jóvenes emergentes... y que se busquen caras guapas por otra parte. 

 

La Casa de Papel ha supuesto un enorme impulso para la industria audiovisual española

Netflix tiene su centro de producción europeo en España gracias a La Casa de Papel. Ha sido determinante y los propios directivos lo comentan. Es la serie más vista en todo el mundo y nos podemos sentir muy orgullosos de toda la producción audiovisual española, que ahora mismo tiene un nivel para estar en la vanguardia internacional.

 

¿En qué proyectos trabaja?

Voy a arrancar con la serie Hasta el cielo, producción de Netflix, continuación de la película homónima dirigida por Daniel Calparsoro. También estreno nueva obra de teatro, El peligro de las buenas compañías, dirigida por Juan Carlos Rubio. Es una comedia divertida con una base filosófica potente de Javier Gomá.

 

¿Cómo supo que quería ser actor?

Empezó como un juego cuando tenía 7 u 8 años. Había una intención de hacer personajes y un ingrediente potente del juego infantil era sumergirse en ellos y contar historias. Luego pasé a hacer pequeños programas de radio con una grabadora de mi padre y más tarde al teatro del colegio.

 

¿Qué hace en su tiempo libre?

Me gusta mucho pasar tiempo con mi hija e ir al cine con ella. Vivo en el campo, disfruto del aire libre, de pasear con mis perros y de una buena cena con mis amigos.

 

¿Qué le diría a quien aún no se atreve a acudir a eventos culturales?

La cultura ha demostrado desde el principio ser un espacio público seguro. Hay que seguir apoyando y disfrutando de ella. Es una manera de entretenerse, entender el mundo y a nosotros mismos. Hay que disfrutar de danza, teatro y música en directo.