"Nos engañaron diciendo que la fábrica tenía futuro"

J. Benito Iglesias
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La presidenta del comité de galletas Siro, Mari Mar Rodríguez, dice que como la planta es antigua se llevó producción a otras fábricas, caso de Portugal. "Ahora dicen que no somos rentables, pero eso lo ha ido provocando una mala gestión ", apunta

"Nos engañaron diciendo que la fábrica tenía futuro" - Foto: Óscar Navarro

El comité de empresa de la fábrica venteña de galletas Siro, a través de su presidenta, Mari Mar Rodríguez, considera que ya en la reunión del servicio de mediación (Serla) del pasado 6 de abril la empresa decidió romper unas negociaciones anteriores avanzadas para el futuro del conjunto de las plantas y esto lo complicó todo.

¿Les ha sorprendido el anuncio del cierre de la fábrica y los traslados?

Ya nos movilizamos antes porque creíamos que el plan de viabilidad de cada planta debía de hacerse de forma individual y la empresa incluso nos demandó. Decidimos ver en conjunto todo y nos enseñaron cómo en el caso de la galletera se iba a crecer y ganar mercado hasta 2025. La sorpresa vino el 6 de abril, ya que Siro decide romper las negociaciones y hablar con cada una de las fábricas, dejando la nuestra para el final. Si dicen que hay una planta en dudas y a nosotros no nos llaman pensamos que algo podía pasar y escribimos una carta a la Junta. También al presidente del grupo, Juan Manuel González Serna, que nos dijo que no nos podía recibir ni hablar porque todo está ya en manos del grupo inversor, pero sí ha ido al resto de fábricas a  explicar a los trabajadores el Plan de Competitividad.

 

¿Creen que Cerealto Siro tenía ya una decisión tomada mucho antes para la planta de galletas?

Estoy segura de ello;  la decisión de un cierre no se adopta de un día para otro.Nos han estado engañando durante los últimos meses afirmando que teníamos futuro y seríamos competitivos con ajustes de salario y traslados. El problema es que querían llevar trabajadores a otras fábricas con vacantes pero no con el mismo sueldo aunque indemnizando la parte perdida,  pero sin especificar porcentaje ni el lugar de destino. Quieren ponerlo difícil ya que en la reunión del martes rechazaron hablar y llegar a acuerdos cuando lo que se pretende es clausurar una fábrica y trasladar a gente. Al final todo se resume en que nos dicen que tomemos o dejemos lo ofrecido, porque de lo contrario  la planta estará cerrada en tres meses. Se ríen del comité de empresa y se ha negociado un Plan de Competitividad sin tener intención de contar con nosotros en ningún momento.

 

¿Confían plenamente en que la galletera tiene viabilidad?

No se han hecho inversiones en 15 años ni se ha querido modernizar la factoría y, pese a ello, hemos producido con una capacidad del 98%, con un cuarto y quinto turno y trabajadores eventuales y más de 500 contratos mensuales. Las cuentas estaban saneadas en 2019 y 2020, pero en 2021 como es la planta más antigua se han estado llevando producciones a otras fábricas, caso de Portugal. Ahora nos dicen que no somos rentables, pero eso lo han ido produciendo ellos con su gestión.

 

¿Cree que las fábricas de Aguilar y Toro podrán salir adelante?

Me parece bien que en el caso aguilarense hayan aceptado el Plan de Competitividad porque en su caso les cuadraba o les habrán prometido algo de inversión. No obstante, como nos han estado engañando y nos han amenazado cuando no quisimos firmar traslados antes sin saber las condiciones, ahora la gente ya no se cree el plan de futuro y cuando llega a las asambleas está harta. En el caso de Toro se ha rechazado a última hora y a modo de amenaza hubo 10 despidos si no se aceptaban las condiciones propuestas por la empresa.

 

Siro dice que su fábrica tiene un salario un 29% más alto que el resto

No es cierto y son similares a los de Aguilar o Toro sin grandes diferencias. Quien puede ganar más tiene 57 o más años al contar con una antigüedad acumulada que se congeló hace bastante tiempo.

 

La empresa apunta como otro lastre para la planta venteña un 18,2% de ausentimo laboral

Quieren incluir todo, ya sean licencias, fallecimiento de un familiar u horas sindicale,  pero eso no es así. Puedo demostrar que ha habido 50 incapacidades en estos tres últimos años y se trata de una empresa antigua. Si se hubiera invertido hace varios años la gente no tendría problemas físicos en espalda, brazos o piernas. La Seguridad Social concede esas bajas derivadas del trabajo habitual. Hay puestos donde se ha estado cogiendo mucho peso o hecho trabajo manual que genera estos problemas evitables con automatización de procesos. Pese a todo ello, la gente hizo todo lo posible para sacar la producción adelante.