El pregón literario de la enfermera pediátrica Socorro Meneses y la entrega de los Premios Vive dieron ayer el pistoletazo de salida oficial a las fiestas  de la Ascención en Villamuriel de Cerrato. Un acto muy emotivo que supuso la recuperación de las celebraciones tradicionales en la localidad tras el parón provocado por la crisis del covid en el que el alcalde, Roberto Martín, destacó que «Villamuriel es un pueblo por el que merece la pena luchar y trabajar y del que debemos sentirnos muy orgullosos».

«El Villamuriel que hoy conocemos está construido con esfuerzo y tesón por nuestros antecesores», añadió el regidor cerrateño en la gala inaugural de las fiestas, que tuvo como escenario la casa de cultura Jesús Meneses.

De esa lucha saben mucho los cinco vecinos y entidades locales que fueron distinguidos en sus distintas modalidades. Así, el premio Embajadores de Villamuriel fue para las Escuelas Deportivas Municipales, el de Patrimonio y Etnografía para la Asociación de Amigos del Patrimonio y el de Toda una vida por Villamuriel recayó en la cofradía Virgen del Milagro. Para el arquitecto Juan Carlos Sanz fue el premio Transformación de Villamuriel y el de Cultura y Turismo fue a parar a manos de Rafael Martín, alma mater del recientemente inaugurado aula de arqueología Fossilium.

Uno de los momentos más emotivos llegó con la entrega de las menciones a título póstumo, que se concibieron como un homenaje a los fallecidos por la pandemia y a los profesionales que han luchado para combatirla. Estos se personalizaron en Marisol Montes (conocida por su labor al frente del coro parroquial), el militar Andrés Martín y el músico Jose Ignacio Gómez Pajillas.