María Rodríguez, como siempre con entusiasmo y predisposición, atendió a Diario Palentino después de proclamarse campeona del mundo de pelota goma y subcampeona de frontenis.

De todo el mundo, usted está en el selecto grupo de las cinco seleccionadas que se alzaron con la medalla de oro de pala

Sí, es increíble. Además en mi caso era algo totalmente novedoso, ya que era jugar un Mundial absoluto, que nunca lo había hecho, y  hacerlo fuera de casa. Todas las competiciones de este estilo en las que había tomado parte habían sido en España. En pala teníamos a Cuba, una selección que suele ser bastante peleona, en la fase previa. En el grupo teníamos a Portugal, a cuya representante conocía porque me pude enfrentar con ella en otra ocasión. También tuvimos a Francia, con una chica que juega muy bien. A nivel físico veníamos muy bien todo el grupo. Con tanta igualdad técnica y táctica, ese plus fue determinante para llevarnos el Mundial. 

La pena fue en frontenis, con la raqueta, donde finalmente no pudieron ganar en la final y quedaron subcampeonas

Fue una lástima porque íbamos ganando 8-3. Las mexicanas hicieron un cambio táctico que para mí fue clave. Metieron a una jugadora diferencial, Paulina, muy experimentada. Es una máquina. La sacaron a ella y la dificultad del partido cambió. Se complicó todo muchísimo. Tiene unas cualidades técnicas muy buenas. Nos hicieron un parcial de 7 arriba, se pusieron 8-10 y se nos escapó. Corrigieron muy bien los errores y se llevaron el partido.

Pero, pese a ello, se puede decir que es un resultado satisfactorio para María Rodríguez y la selección

Sin duda. En cuanto a resultados, todos hubiéramos firmado lo que hemos conseguido. Si nos dicen antes de empezar el Mundial que iba a acabar así, lo hubiésemos rubricado con los ojos cerrados. Sí que es cierto que tengo un pelín más de afinidad por la modalidad de la raqueta, en la que quedamos subcampeonas, por lo que te deja un sabor agridulce. Pero estoy muy contenta, porque es un premio a todo el trabajo y sacrificio.

¿Quizá la única espina pueda ser que le hubiera gustado disputar más minutos de los que jugó?

Todo jugador quiere jugar el máximo posible. No me fustigo mucho con eso porque es algo que no depende de mí, hay muchos factores que influyen. Si me dieran la opción, jugaría todos los partidos, pero soy consciente de que como yo hay muchas compañeras. Nos hemos acordado de amigos que no han podido estar en la selección. Es un proceso de filtración continuo, y solo hemos llegado cinco jugadoras al Mundial. Estoy contenta por eso, aunque mentiría si dijera que no me hubiera gustado tener más protagonismo. 

¿Cómo está María Rodríguez a día de hoy? Da la sensación de que a su corta edad no le queda casi nada por conseguir. Es una máquina

(Ríe). Mira, una reflexión que he sacado en el Mundial, viendo a la mexicana Paulina, a la que tengo muchísimo respeto, que es educada, deportiva, y técnicamente buena, es que tiene 40 años y está compitiendo al máximo nivel mundial. La preparación que tú haces por tu cuenta a nivel individual es muy importante. Si trabajas a buen ritmo, por edad no será. Yo soy joven, y viéndome reflejada en esta jugadora, pienso que me pueden quedar todavía diez años a buen nivel.

Eso seguro. Pero, por lo pronto, ¿qué objetivos tiene en mente para afrontarlos próximamente?

Esta semana juego el Torneo Internacional de Pala en Francia, al que me invitaron. Mezclo lo deportivo con el ocio. Vengo a disfrutar y a competir, pero sin presión. El objetivo principal ahora es desconectar mental y físicamente. Ha sido una temporada en la que entre unas cosas y otras no he podido descansar nada. En cuanto a la siguiente campaña, la meta es hacerlo lo mejor posible en el Nacional y poder acceder así al Europeo. No hay nada de competición internacional, algo que sinceramente agradezco porque dos años seguidos a este ritmo son duros. Mi trabajo me exige mucho y me apetece estar más descansada en el apartado deportivo. Eso es lo que tengo en la cabeza de aquí a un tiempo. Veremos cómo se irá dando.