Primero fueron las restricciones sanitarias que propiciaron las limitaciones de movilidad y los viajes desde el extranjero y ahora la anunciada supresión, si no lo soluciona la diplomacia y los Gobiernos de España y Marruecos, de la operación Paso del Estrecho. Cada verano los viajes de la población del país magrebí movilizan tres millones de personas en vehículos que atraviesan la ruta de A-62. La decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores de derivar todo el tránsito que se dirige al puerto de Algeciras al italiano de Génova o al francés de Séte, dejará a hoteles situados en áreas de servicio con una caída en las pernoctaciones cercana al 60 por ciento en el período comprendido entre la última semana de junio, todo julio y agosto y la perimetral semana de septiembre.

La denominada operación Marhaba -con desplazamientos  por la Comunidad para acceder en ferry al Norte de África- dejará también un lastre económico millonario en negocios de restauración y surtidores de gasolina y ya el verano pasado -en aquella ocasión por motivos sanitarios- los vehículos de los marroquíes tampoco atravesaron la A-62. El grupo Hoteles Suco, que posee un hotel, restaurante y gasolinera en Quintana del Puente, otro alojamiento en Villodrigo, y un complejo hotelero de gran capacidad, el Europa Centro de Magaz de Pisuerga, es una de las empresas más afectadas.

«En la autovía A-62 se concentra todo el tráfico de ciudadanos marroquíes. La instalación hotelera de Magaz está especializada en este tipo de grandes desplazamientos.  Hay acuerdos con líneas de autobuses y agencias de viajes y nos afectará mucho si no llegan marroquíes. También lo hará en las gasolineras que tenemos en Quintana y Torquemada al reducirse el tránsito internacional de vehículos ligeros. Donde tememos más pérdidas es en el tema de las pernoctaciones y suministro de combustible y, aunque en menor medida, en la restauración. El cliente musulmán es peculiar y con hábitos alimenticios distintos pero, en el caso de Magaz, se preparan cenas adaptadas a este perfil de viajero», explica a DP Luis Carlos de los Ríos, director financiero de Hoteles Suco.

Sin viajes marroquíes los hoteles pierden un 60% en la A-62 - Foto: Alberto RodrigoLas provincias castellano y leonesas que se ven seriamente afectadas en numerosos negocios son las de Burgos, Palencia, Valladolid, Zamora y Salamanca, ya que la  autovía de la Ruta de la Plata se utiliza más para llegar a Sevilla y enlazar luego con el puerto de Algeciras al no haber peajes.

«Si finalmente no llega el cliente marroquí o el del países del Norte de África no se ve muy claro que instalaciones como la de Magaz, que durante dos meses y medio recibe estos viajeros, pueda permanecer abierta», remarcó.

menos carburante. Otro sector, el de las gasolineras, también sufrirá los efectos de la supresión del Paso del Estrecho. El vicepresidente y portavoz de la Agrupación de Vendedores de Combustibles y Carburantes de Castilla y León (Avecal), Rafael Pizarro, indicó que las estaciones de servicio de la A-62 de Burgos, Palencia y Valladolid tendrán unas pérdidas por encima del 20 por ciento. «También lo notarán aunque menos las de Segovia y Ávila, ya que algunos marroquíes eligen ir por Madrid para enlazar con Algeciras», indica el representante de un colectivo que agrupa a 250 surtidores de los 780 que pueblan Castilla y León.

Para el representante de la patronal de los expendedores de combustibles el momento que se vive es bastante complicado. «El problema no es solo nuestro, ya que otros sectores muy golpeados en la pandemia como el hostelero, hoteles, restauración o comercio de numerosas localidades de paso en la A-62 también van a ver muy mermados sus ingresos durante casi tres meses», explicó.

«Es muy complicado saber exactamente lo que consume la población magrebí que atraviesa Castilla y León en verano camino del estrecho para acceder al Norte de África, pero está claro que el daño es  enorme ya que se trata de unos 800.000 vehículos con más de 3 millones de personas», argumentó Rafael Pizarro.

El portavoz de Avecal  señaló que el problema de que no vengan marroquíes se traslada a otros ámbitos y no solo a los propietarios de gasolineras. «Es la puntilla y viene mal para todo ya que casi el 50% del coste de los productos derivados del petróleo son impuestos de las administraciones estatal y autonómicas. De esta forma, al no haber consumo, se dejará de ingresar muchísimo dinero», enfatizó.