Esos locos al volante de sus clásicos cacharros

J. Benito Iglesias
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La localidad de Cevico de la Torre se revoluciona con la presencia de más de 200 inscritos en la concentración de vehículos y el complemento de la muestra alimentaria y de artesanía

Esos locos al volante de sus clásicos cacharros - Foto: Sara Muniosguren

Había ganas de fiesta, de calle y de festejar al patrono San Martín de Tours en Cevico de la Torre como merecía y nada mejor que la X Concentración de Vehículos Clásicos para llenar el pueblo de aquellos viejos cacharros y sus locos al volante. 

Una hilera interminable de coches cuidados con mimo -la mayoría de ellos entre 30 y 80 años de antigüedad a sus espaldas- y sus más de 200 propietarios protagonizaron una cita que se llenó de gente con una afición común, procedente en su mayor parte de la capital y provincia y otros puntos de Castilla y León, Asturias y País Vasco. Los Seat 600, Citröen 2 caballos y Diane 6, junto a  los Mini y los Renault de las series 10, 8 y 5 combinaron muy bien con los inolvidables escabarajos de Wolfswagen, Jaguar, Porsche, Chevrolet, Ford y clásicos  involvidables como los Seat 1.500 y 1.400 y el impresionante modelo Tiburón de Citröen. Y una sorpresa más, una motocicleta de la marca Demper rusa del año 1930.

«Hemos tenido siempre buena aceptación en esta concentración, había muchas ganas y la niebla ha levantado y el día acompañó. Se venden papeletas este día para un sorteo a quien llega y durante todas las fiestas se ponen huchas solidarias en el pueblo. Lo recaudado se dona a un proyecto para la isla de La Palma que gestiona la ONG Mensajeros de la Paz, que encabeza en Padre Ángel», explicó a DP Cristina Franco, primer teniente de alcalde de Cevico.

Esos locos al volante de sus clásicos cacharros
Esos locos al volante de sus clásicos cacharros - Foto: Sara Muniosguren
 Además, la IX Feria Alimentaria y de Artesanía contó con diez puestos y concitó una gran presencia de público. Los visitantes pudieron adquirir queso, miel y jabones artesanos de las empresas locales Crego y Apicerrato, junto a otras de la comarca y la provincia que vendieron embutidos, legumbres, dulces, frutos secos, textil, bisutería y decoración navideña.