La verdad es que el sorteo realizado en el acto de presentación, con las manos inocentes de los niños cogiendo las bolas del bombo, no le fue muy favorable al San Antonio. Se presumía que en cuartos de final iba a cruzarse con duros rivales y así fue. El equipo A, subcampeón provincia, acabó cediendo ante el Villamuriel, tercero, y el B, tercero en la Segunda División, se medía a otro de los favoritos, el CIA B, subcampeón de esta categoría. ¿Por qué estos cruces en cuartos de final y no en una ronda más avanzada? Sencillamente, porque por delante de ambos estaban como cabezas de serie el San Juanillo A yCarrión, dos equipos alevines de primer año que jugaron en Primera División.

Eras de Santa Marina, el único campo en toda la provincia adaptado exclusivamente para fútbol-7, acogía uno de los partidos estelares de la fase eliminatoria de chiguito.

En la liga, había vencido en ambos encuentros el CIAB al San Antonio B, el único conjunto que fue capaz de ganar al campeón eraMaristas B. Así que el favoritismo estaba, en cierta forma, repartido. Pero, como siempre hemos dicho, este torneo es totalmente diferente a la liga, porque intervienen muchos factores desconocidos para los niños. Es un cara o cruz, no hay lugar para errores.

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