A Santiago caminan dos peregrinos, Bernardino y Paulino, y no son primos. Bernardino García Lera, amigo de mi tío político Paulino García Álvarez, me hizo un regalo. Mi tío murió. Su amigo, lucha con cachaba y simpatía contra el viento del Norte. Narra el viaje en el Diario del primer peregrinaje de dos palentinos, desde Frómista a Santiago de Compostela en el año del Señor de 1989. Bernardino tenía 54 años. Paulino, bastantes más. Iniciaron peregrinación, 29 de julio, Frómista, a las 6,15 de la madrugada. Dirección, Villalcázar de Sirga. Llegan a las 9. Todo cerrado, salvo el bar. Desayunan y les sellan la tarjeta. (En poco más de un mes ya estaban en Santiago con todas las acreditaciones cumplidas y ganada la Compostela). Dirección Carrión, llegan a la iglesia de Nuestra Señora del Camino. El cura, simpático, les puso el sello, y rezó con ellos una salve. Reanudan marcha: Calzadilla de la Cueza y a Carrión. 
La gracia con la que encajan calor y hambre en algunas etapas se hace patente con gracejo dolorido y habla clara. Duermen en el suelo y, hasta con puntas que sobresalen de la tarima. En la Fuente del Hospitalejo, al lado de un único chopo (¡Ah la Concentración Parcelaria!) está la fuente que calma la sed. Siguen camino recto, ven torres con erguidos campanarios a lo lejos y, cuanto más se acercan, parece que se alejan. Por camino de piedras y sol abrasador, narran, anduvieron 12 Km. y no viendo ni pájaros llegaron a Calzadilla de la Cueza sobre las 2,15 de la tarde. El pueblo estaba más solitario que el camino que habíamos andado. No había nada que comer, ni agua para beber, ni una tienda. El alcalde nos dio un vaso de agua y una señora nos llenó las cantimploras. Llegó el señor de la fruta y, con mucha prisa el tío, y mal genio, nos vendió peras y unas ciruelas; a la salida del pueblo, comimos y descansamos; a las 5,10 llegamos a Ledigos. En una tienda tenían latillas y una barra de pan para los dos. Al fin, llegan a Santiago, el 9 de agosto. Amanece en el Monte del Gozo. Comenta, mira el amanecer, qué bello es.
El segundo viaje, en 1992, del 23 de julio al 12 de agosto. Pienso que la Diputación podría editar ambas peregrinaciones. Los jóvenes aprenderían cómo se hacía el Camino, con devoción y sacrificio.