Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Dinero a lo tonto

02/03/2021

Una de las consecuencias de la pandemia son las ayudas a vulnerables, en unos casos justificadas y en otros, en manos de aprovechados. Pablo Iglesias solicitó a Pedro Sánchez medidas de apoyo en materia de desahucios y la imposición de no cortar los suministros por recibos sin abonar. Sánchez quiso congelar a Iglesias, y lo hizo durante tres días, conocedor del malestar que iba a provocar la situación en la que Podemos introduce a España, pero le ha sido imposible mantenerse. La lucha en Moncloa ha durado sólo 72 horas, el tiempo en que Iglesias ha generado un verdadero caos en el gobierno. El presidente, cansado, acabó cediendo a las presiones de Iglesias. El radicalismo comunista hiere otra vez a este blandengue socialismo. 
El puñetazo sobre la mesa que habían anunciado daría Sánchez no ha existido y lo peor, ni se le espera. El daño que la medida produce en los que tienen pisos alquilados y en las redes de abastecimiento, Sánchez en el mejor de los casos, lo disminuirá con subvenciones a fondo perdido y abrasando el pecunio de los españoles. Las compañías suministradoras suponen afecta a 200.000 hogares.
¿Pero, cuánto supone? Las cuentas ni se han echado, ni se sabrán. El Gobierno no muestra los estudios donde se contrapone el costo de medidas y el beneficio social que repercute.
Iglesias propone ideas y el presidente acepta al buen tuntún. Como dice el cabrero extremeño: ¡Qué país! ¡Madre, qué ruina! 
Conozco personalmente a quienes llevaban 12 meses sin pagar porque no les daba la gana, sin otro motivo, y ahora les dan una subvención de unos cuantos meses, los de pandemia, o hasta que dure la alarma. 
El mercado debe tener normas rígidas, o se paga lo consumido o las medidas deben ser inmediatas y luego, si existen situaciones de vulnerables verdaderamente justificadas, los poderes públicos lo han de arreglar. El papá estado solo debe servir en casos. No se puede propagar desde el poder que no pasa nada si no pagas, porque nadie pagará.
Sánchez el presidente del ‘no es no’, quiso mostrar a la UE que quién decide es él, pero es presionable, sin peso específico. Es un presidente sin ministros, perderá los pulsos contra Podemos. ¡España, espabila!