Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Okupas en Santovenia

12/07/2022

Santovenia era un pueblo tranquilo, ciudad dormitorio de Valladolid, que los palentinos conocían bien porque acudían con periodicidad a una casa de pupilas que media hora antes vendían camisetas o cacharros de cocina en grandes almacenes que parecían ingleses de Valladolid.
Hace unos meses okuparon una vivienda céntrica en La Cistérniga, pueblo que también fue tranquilo. Los periodistas de la Griso acudieron a entrevistar a los okupas y salieron por pies tras las graves amenazas que les propinaron. Como respuesta, volvieron a exhibir en la televisión el caso y se produjo una manifestación dominical contra la okupación en la plaza Mayor. Acudí por deber moral. A mi lado y cerca de José Antonio Otero, concejal del PP en Arroyo de la Encomienda, estaba una muchacha con redaños y responsabilidad, sujetando la pancarta, concejal del PP en Santovenia. La pregunté por su municipio pensando que no había llegado hasta allí esta plaga de okupas. Dolida me respondió que Santovenia tenía un gravísimo problema con la conflictividad derivada de la okupación.
Ahora se ha tenido que acusar a un individuo por doble asesinato, detención ilegal, atentado y tenencia ilícita de armas, entre otras un fusil Mauser de alto calibre, según fuentes oficiales. El Guardia Civil herido, experto mediador en casos de rehenes, ha fallecido.
Tanto la alcaldesa de la Cistérniga como su compañero homólogo de Santovenia quitan gravedad a la okupación y a lo que de ella se deriva. La concejala del PP tenía razón, vio venir los problemas de un bloque con un treinta por ciento de viviendas okupadas. Deseo a esta joven concejala gran futuro político y que siga como hasta ahora.
Espero que los dos alcaldes que minimizan los hechos no vuelvan a aparecer más en política, por consentir la okupación, engañar al pueblo y despreciar y cubrir el hecho delictivo y los problemas de convivencia que se derivan en los municipios. 
El gobierno mirando para otro lado, como los alcaldes citados de La Cistérniga y Santovenia, también desprecia al pueblo, hurtándole seguridad municipal y fomentando aquello de la película La ciudad sin ley. Todo esto podía haberse evitado.