400 euros con muchas dudas

César Ceinos
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Varios jóvenes que alcanzan este año la mayoría de edad aseguran que al bono cultural delGobierno le quedan aspectos por limar y lamentan que no puedan gastarlo en libros de texto, toros o fútbol

Villalba, Hoyos, Cancho y Sánchez posan con la tarjeta digital del bono digital. - Foto: Sara Muniosguren

Cuatrocientos euros para que cada joven que llega a la mayoría de edad los gaste en cultura. El planteamiento es sencillo, pero la ejecución, al menos de momento, parece que no lo es tanto. La letra pequeña de la propuesta del Consejo de Ministros para revitalizar y dinamizar el sector en España y generar el hábito de consumo de productos culturales entre los jóvenes de 18 años no termina de satisfacer totalmente a los destinatarios de la medida.

Así lo aseguran a Diario Palentino varios de los dieciochoañeros que solicitaron los 400 euros. Se están encontrando con algunas barreras indeseadas. La primera de ellas es la limitación de ciertos productos o servicios. Jaime Cancho, Marta Sánchez, David Hoyos, Enrique Villalba y Jimena Arenillas, estudiantes universitarios o de Formación Profesional (FP), lamentan que no puedan pagar con el bono los libros de texto curriculares (ya sean impresos o digitales) al quedar específicamente fuera de la convocatoria, al igual que la adquisición de productos de papelería; equipos, software, hardware y consumibles de informática y electrónica; material artístico, instrumentos musicales, espectáculos deportivos y taurinos; moda y gastronomía.

«La propuesta está bien, pero no es tan ventajosa como parecía al principio. No nos dejan comprar libros curriculares, lo que más usaremos», explica Sánchez. Cancho también quería que se incluyeran estos libros y el acceso a los cosos taurinos, mientras que Hoyos critica que se excluyan estos espectáculos «cuando en la página del Ministerio de Cultura hay una sección dedicada a la tauromaquia». Arenillas y Villalba, aficionados al fútbol, lamentan no tener la opción de comprar entradas para disfrutar de partidos del deporte rey.

Jimena Arenillas, con su bono cultural.Jimena Arenillas, con su bono cultural. - Foto: DPEl bono, por imperativo legal, está dividido en tres partes: 200 euros tienen que ir destinados a artes en vivo, patrimonio cultural y artes audiovisuales (entradas y abonos para artes escénicas, música en directo, cine, museos y bienes integrantes del patrimonio histórico español, entre otros); 100 euros en productos culturales en soporte físico (libros, revistas, prensa, videojuegos, partituras o discos) y el centenar de euros restante en consumo digital en línea (suscripciones y alquileres a plataformas, audiolibros, libros digitales, videojuegos en la nube, suscripciones digitales o podcast). De este reparto, Hoyos manifiesta que «es mejorable en diversos aspectos» ya que, bajo su punto de vista, «se va a gastar el dinero en videojuegos y no en museos». «Habría que potenciar los museos. Los videojuegos ya están potenciados», declara. 

Otra cuestión que estos jóvenes lamentan es la falta de información, que, a su juicio, existe en torno al bono cultural. Reconocen que en redes sociales sí que vieron anuncios para reclamar los 400 euros, pero en la actualidad no saben muy bien dónde se pueden utilizar. Arenillas, que ya tiene el bono, asegura que intentó comprar un pase para un festival de música y se encontró con que no pudo pasar la tarjeta especial que le concedieron por cumplir 18 años. «En la página web aparecen las empresas físicas, pero no vi nada de las online. Sé que el festival Cabo de Plata acepta el bono, pero porque lo afirma la organización. En otros casos yo no conozco si están adheridos al bono cultural porque no lo ponen», comenta.

Para que los jóvenes puedan pagar con este dinero en empresas y entidades culturales, estas, previamente, tienen que sumarse a la campaña, según aparece en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Desde el Ministerio presidido por Iceta informan de que «más de 851 empresas culturales ofrecen ya sus servicios y productos a través del bono cultural y otras 3.500 solicitaron la adhesión al programa y están en proceso de verificación de datos». Pero si reducimos el mapa a la ciudad de Palencia, el pasado jueves aparecían menos de una decena de puntos: la tienda de juegos de mesa Valhalla, la librería Amarilla, el establecimiento de videojuegos Game, el Universonoro y los Cines Ortega, Avenida y OMY. En el futuro este listado aumentará, puesto que el plazo permanecerá abierto hasta septiembre del 2023.

EN QUÉ GASTARLO. A excepción de Arenillas, que sí que intentó utilizar el bono (y que no compró la entrada que quería adquirir con el dinero procedente de las arcas públicas), estos jóvenes aún no lo han usado, bien porque se encuentra en tramitación (Cancho, Sánchez y Villalba) o bien porque así lo ha decidido (Hoyos). El período para gastarlo es de un año desde que se aprueba la solicitud, un plazo que a Marta Sánchez le gustaría que fuese superior para aprovecharlo mejor. Arenillas piensa que, para evitar posibles agravios entre unos y otros beneficiarios por la fecha de aprobación de sus solicitudes, todos los nacidos en 2004, hayan visto la luz el día que fuera, tenían que tener disponible este dinero en un año concreto completo, por ejemplo, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2023.

En principio, algunos de ellos sí que se animarán a hacer alguna actividad o suscripción que si no hubiera sido por los 400 euros no la hubieran previsto. Cancho piensa en algún festival, mientras que Villalba se comprará el FIFA23 y algún libro. Sánchez dedicará el dinero a ir al cine y a conciertos, y Hoyos se desplazará a algún museo y a escuchar música en vivo. «Tengo que investigar para gastar los 100 euros en consumo digital», explica el último joven. 

Respecto al futuro, existe una disparidad de opiniones sobre esta propuesta que también se lleva a cabo en países como Italia y Francia. Arenillas comenta que tiene que seguir convocándose en años posteriores porque impulsa la acción cultural de la juventud. En cambio, otros consideran que, si el bono cultural continúa entregándose, debe reformularse. «Es mejorable en muchos aspectos», insiste Hoyos. 

Por su parte, Cancho explica que este dinero (el Gobierno presupuestó 210 millones de euros) «se puede gastar en muchas cosas más necesarias» y Villalba asegura que es una medida «cara» y aboga por su eliminación. Además, prácticamente todos los jóvenes recordaron que el próximo año hay elecciones.

MAÑANA, EL ÚLTIMO DÍA. Los jóvenes de 2004 que no solicitaron el bono  (según los últimos datos prácticamente la mitad en la región) aún tienen tiempo, puesto que el plazo termina mañana. El Gobierno central habilitó una web para hacer este trámite telemáticamente (bonoculturajoven.gob.es).