Chicory: A Colorful Tale

Sara Borondo
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Greg Lobanov nos está acostumbrando a propuestas diferentes y originales; si en Wandersong era la música el vehículo para interactuar, en Chicory es el color. Al principio del juego el mundo ha perdido su color y está siendo invadido por unos árboles siniestros. Como si se tratase de un libro infantil para colorear, el jugador va devolviendo poco a poco la alegría de los colores a base de brochazos y con algunos toques que le dan personalidad y variedad como pintar con diferentes formas o con pinturas las fluorescentes para avanzar por cuevas, revelar pistas ocultas de puzles al pintar paredes, jugar es un proceso sencillo y creativo en el que el jugador deja su impronta en el mundo de juego. Incluye un modo cooperativo local.