Ecologistas en Acción (EA) alerta del incremento en Palencia de los días con una concentración de ozono (O3) superior a 120 microgramos por metro cúbico (µg/m³) de aire, el máximo que marca la normativa, durante este año. 

Del 1 de enero al 30 de septiembre, el límite se sobrepasó en 14 jornadas en la estación de calidad del aire del parque de la Carcavilla de la capital; en 18, en la instalación de Cementos Portland de Venta de Baños; en 14, en la del poblado de la cementera; en 15, en la factoría Renault de Villamuriel de Cerrato y en ocho en la ubicada en la calle Río Ebro de Guardo.

Estas cifras aparecen en el informe La contaminación por ozono en el Estado español en 2022, que fue coordinado por Miguel Ángel Ceballos, el autor de la información de Castilla y León, y que fue presentado recientemente a los medios de comunicación. La asociación verde destaca el «repunte» en los cinco medidores de la provincia, ya que, durante 2021, en ninguno de ellos se superó la decena de días con nivel superior a 120 µg/m³. Concretamente, fueron dos en tierras norteñas; tres, en las capitalinas y siete en los tres puntos restantes.

En datos relativos, los mayores aumentos respecto al promedio de los años anteriores a la pandemia de coronavirus (2012-2019) se registran en la zona verde de Palencia, donde la cifra de este año crece un 58% en relación a la media; en el norte de la provincia (28%) y en Villamuriel (21%). En la fábrica de cemento creció un 14%; mientras que en el poblado vinculado a la industria de la construcción cayó un 39%, siempre según la información proporcionada (y disponible libremente en Internet) por EA.

La normativa permite superar el valor legal durante un máximo de 25 jornadas, pero desde la entidad ecologista defienden que los palentinos han respirado una mayor concentración en la atmósfera de esta sustancia nociva. «Cuanto más ozono hay en el aire, más perjudicial es para la salud», declara Ceballos antes de explicar que la mezcla de las altas temperaturas, especialmente durante el verano y los episodios de olas de calor, con los óxidos de nitrógeno que desprenden los tubos de escape de los vehículos con motor de combustión y las chimeneas, y los hidrocarburos volátiles que envían al aire las industrias provocaron el aumento de días por encima de 120 µg/m³.

En cambio, los días totales con una concentración de ozono en el aire superior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es 100 µg/m³, descendió en las cuatro estaciones de la capital y su alfoz y creció en el medidor guardense. No obstante, EA asegura que en todos los casos se está «muy por encima» del límite de excesos que fija el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es de tres fechas. En La Carcavilla pasó de 52 jornadas hace un año a 38  este; en la fábrica de Cementos Portland, de 65 a 62; en el asentamiento de la cementera, de 54 a 42; en Renault, de 61 a 56 y en la calle Río Ebro, de 20 a 33.

POR ZONAS. Pese al incremento en Guardo, la contaminación de la zona norte es mucho menor de la que se registraba cuando funcionaba la central térmica de Velilla del Río Carrión. Esta instalación, que en la actualidad se está desmantelando, se nutría de carbón, «uno de los principales elementos contaminantes generadores de ozono, un gas tóxico», declara Ceballos. «El nivel ha repuntado este año, pero en niveles más bajos que en los entornos de la ciudad de Palencia», manifiesta.

En la zona sur de la provincia -«donde se concentra la mayor parte de la población y la industria», apostilla-, la calidad del aire es peor que en la Montaña Palentina. Además, el coordinador hace hincapié en el crecimiento de los niveles más elevados de ozono (los días con más de 120 µg/m³). «Han sido significamente más altos que durante la pandemia y que en los años anteriores», asegura antes de reconocer que «la estación de La Carcavilla no llegó a incumplir el límite legal, pero está bastante por encima de la OMS». El tráfico en la capital y en las carreteras cercanas y las emisiones de las factorías (pone como ejemplo Renault y Cementos Portland) son, según Ceballos, las dos principales causas, junto al calor, del aumento de los picos de ozono en Palencia y su alfoz. «Es un problema crónico en este lugar. No es una cuestión solo de este verano. Otros años se llegaron a superar los 25 días por encima del límite», asegura.

Ante esta situación, EA reclama medidas a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de Palencia. Subraya que el gobierno autonómico aprobó un plan de reducción del ozono para actuar sobre el tráfico y la industria «obligada por sentencia judicial provocada por EA», pero considera que se trata de un documento «único» para toda la comunidad y que «no busca soluciones concretas para las distintas zonas con problemas de ozono». «Es absolutamente inútil, se ha hecho para cubrir el expediente ante el tribunal y lo hemos impugnado», asevera.

Respecto al consistorio capitalino, Ceballos manifiesta que «tiene un margen muy claro de actuación» a la hora de regular el tráfico en episodios de repunte de ozono en el aire. «Está obligado a poner antes del 31 de diciembre una o varias zonas de bajas emisiones (ZBE) en la ciudad para reducir el número de vehículos a motor», declara tras explicar que si no están en marcha antes de la llegada del  Año Nuevo «incumplirá la ley».

Al estudio le faltan los datos correspondientes a los meses de octubre, noviembre y diciembre, pero Ceballos comenta que las cifras totales publicadas serán «casi definitivas», puesto que con la caída de los termómetros y el descenso de las horas solares se reduce la contaminación por ozono en el aire. «El ozono es un contaminante típico del verano porque necesita elevadas temperaturas para formarse», explica el coordinador.

Por último, manifiesta que la contaminación por ozono provoca muchas muertes al año. «La Agencia Europea del Medio Ambiente estima que fallecen anualmente por este motivo en España entre 1.500 y 1.800 personas y, en Castilla y León, el Instituto de Salud Carlos III calcula un centenar de muertes como media cada año. Es un contaminante que está matando», concluye.