Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Más cumplidores

07/06/2022

Tenemos que ser más cumplidores, ya no sólo con las obligaciones de los derechos humanos, sino también con el propio viento que nos acompaña briosamente, o con la masa de agua que nos limpia y aviva. Unos y otros, en corriente sumatoria y sanatorial, nos ayudan a oxigenarnos, reduciendo las marcas del calentamiento global. Al final, lo que importa no son los caudales monetarios aglutinados, sino una existencia bien asistida y mejor donada, que corrija nuestro comportamiento y regenere nuestros propios hábitos correctores. 
Por ello, hoy más que nunca, necesitamos de un espíritu solidario, universalizado y conjunto, para reparar el deterioro originado, en muchas ocasiones causado por el abuso humano. Nada se puede fortalecer, si en esa colaboración reformadora no estamos todos, cada uno desde su visión, su experiencia, sus decisiones y potenciales.  La indiferencia no cabe en un orbe en el que todos pendemos de una misma raíz y dependemos de un mismo tronco. 
Después de una época de endiosamiento, de acrecentar las desigualdades con un inhumano progreso, nos toca entrar en una etapa de mayor conciencia, cuando menos para aminorar luchas entre la órbita congénita y la moral, entre la realidad y el ámbito responsable. Ya no sólo necesitamos revitalizar la savia, sino también realizar cambios en nuestro estilo viviente, tanto en las fases de producción como de consumo. En la actualidad sabemos que el espacio marino produce al menos el 50% del oxígeno de nuestro planeta y que absorbe alrededor del 30% del dióxido de carbono emanado por nosotros. También nos consta que el cosmos cada día está más contaminado, intensificándose el envenenamiento y el declive de la biodiversidad, con el deterioro de la calidad de la vida humana y su degradación social. 
Deberíamos haber limitado nuestro afán de poder, reconduciéndonos hacia ese espíritu armónico, lo que nos exige otra exploración y otra contemplativa más respetuosa con la propia normativa innata de la naturaleza, que es la que al fin nos embellece, injertándonos aliento. 

ARCHIVADO EN: Derechos Humanos