Prevención y una atención más exhaustiva

DP
-

Ante el envejecimiento prematuro de las personas con discapacidad, San Juan de Dios advierte de que el reto es la atención sociosanitaria. A través de sus dos dispositivos, las Unidades Padreo Celedonio y San Benito Menni, atiende a 150 personas

Prevención y una atención más exhaustiva - Foto: DP

Con motivo del Día Mundial de la Discapacidad San Juan de Dios alerta ante la falta de inclusión de las personas con discapacidad en programas de prevención sociosanitarios que prevengan el envejecimiento prematuro de este grupo de población, y fomenten un envejecimiento activo.

La preocupación por el abordaje del envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual ha crecido en paralelo al progresivo envejecimiento de la población general derivado del aumento de la esperanza de vida. Este envejecimiento provoca situaciones de soledad no deseada, aislamiento y exclusión social, y, en palabras del director General de San Juan de Dios en España, Juan José Afonso, "también exclusión sociosanitaria que agudiza, aún más, la vulnerabilidad de las personas con discapacidad".

Las personas con discapacidad intelectual comienzan el proceso de envejecimiento alrededor de 20 años antes que el resto de la población lo que supone una disminución de su esperanza de vida respecto a la población general. Diferentes estudios muestran que las personas con Síndrome de Down comienzan este proceso entorno a los 35 años, y con otras discapacidades intelectuales a los 45. Una realidad visible en los 24 centros de San Juan de Dios para personas con discapacidad en los que la edad media de sus usuarios cada vez es más elevada ya que los avances científicos y sociales junto a la atención temprana han permitido ampliar su esperanza de vida.

Conscientes de estos datos y esta realidad, Juan José Afonso explica que "es un reto que en San Juan de Dios afrontamos a través de 24 centros y dispositivos a nivel nacional, con recursos adaptados a las demandas individuales de las personas mayores con discapacidad, trabajamos desde hace años en programas de envejecimiento activo para prevenir la aparición de los primeros problemas y contamos con unidades residenciales exclusivas para personas con discapacidad intelectual en proceso de envejecimiento y tiene abiertas líneas de investigación y proyectos en relación a esta situación", e incide en que "como institución y como sociedad debemos ser capaces de ofrecer las mismas oportunidades de acceso a apoyos sociales y sanitarios de las que disfruta cualquier otra persona en su proceso de envejecimiento para lograr la mayor calidad de vida".

Aunque el envejecimiento en este colectivo comparte muchas características con el del resto de la población, hay peculiaridades propias de la población con discapacidad en la que especialidades como traumatología, neurología, vascular o urología han sufrido un aumento considerable en las consultas.

Según la coordinadora del ámbito Discapacidad de San Juan de Dios en España, Marta Campos, "la mayoría de las veces este envejecimiento prematuro se asocia a la falta de acceso de estas personas a programas de prevención de la salud y a la atención tan exhaustiva que necesitan, al sumar a las necesidades de apoyo las derivadas de la edad, que requiere un incremento en la atención médica especializada".

Algunos de estos problemas de salud se dan por la propia discapacidad, pero otros se deben a la falta de inclusión en programas de prevención, ocasionada en parte por la necesidad de una persona que le acompañe al centro médico, un recurso con el que no siempre pueden contar, ya que esa persona trabaja, tiene otras ocupaciones o "también es mayor" como explica Marta Campos, "madres y padres envejeciendo al mismo tiempo que sus hijas e hijos, y por lo tanto necesitando una especial atención también por parte de los servicios sociales y sanitarios".

Tal y como expone Marta Campos, "es imprescindible evaluar sus necesidades, conocer su situación social y familiar concreta y su nivel de vulnerabilidad para diseñar programas adaptados a sus demandas específicas con los que garantizar la máxima calidad posible en el desarrollo de su proyecto de vida".

Problemas como la obesidad, el riesgo de caídas por problemas de movilidad, la salud bucodental o déficits auditivos y visuales son otros de los puntos débiles, así como problemas de salud mental.