La belleza de lo sencillo

A. Benito
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Alberto Soto, se define como una persona sencilla, cuyas pasiones son su familia y la cocina. Se considera un afortunado por vivir en su tierra natal. El chef y propietario del restaurante Ajo de Sopas comparte con DP sus diez lugares favoritos

La belleza de lo sencillo

PASIONES. Alberto Soto se autodefine como una persona «muy sencilla». Sus pasiones son su familia y la cocina. En este sentido, se considera un afortunado por poder disfrutar de ambas en su tierra natal, el lugar en el que realmente quiere estar.

 

TRAYECTORIA. Cocinero de vocación, se formó en la Escuela de Hostelería de Moralzarzal de Salvador Gallego. En 2017, tras afianzar su concepto Chas! en el restaurante Cepa 21 y en Palacio del Postigo, inauguró Ajo de Sopas en Palencia.

 

1. Piña de Campos.  «Es mi pueblo y atesoro grandes momentos de mi infancia en él. Recuerdo jugar con mis amigos junto al arco de la plaza Mayor, obra del siglo XVI y antigua puerta de la muralla. Hay amistades de mi infancia que siguen a mi lado, otras no, pero todas ellas ocupan un puesto de honor en mi memoria. En Piña de Campos se puede decir que comenzó mi pasión por la cocina, ayudando en los fogones a mi madre y a mi abuela. Aún disfruto de Piña y siempre que puedo me escapo a la casa familiar».


2. Paseo del Salón. «Es donde actualmente paso más tiempo, mi trabajo está allí. Creado en 1830, más allá de la puerta del Mercado, sobre las huertas del convento del Carmen. Es una zona que en sus orígenes se encontraba situada en las afueras de la ciudad y que hoy se encuentra en pleno centro. Es el parque más concurrido de la ciudad y me encanta ver el bullicio de la vida en él. A pesar de las sucesivas reformas que han ido renovando los elementos ornamentales, sigue manteniendo una estructura típicamente romántica que invita al disfrute».


3. Cueva de los Franceses.  «Ubicada en Revilla de Pomar, visitar la Cueva de los Franceses me parece un gran plan en familia. Se llama así porque fue el lugar de enterramiento de soldados galos durante la Guerra de la Independencia. Su interior atesora casi 500 metros de estalagmitas, estalactitas y columnas que han construido un espectacular paisaje subterráneo. La ambientación sonora y los juegos de luces realzan aún más su belleza y magia. Allí siempre me emociona la sensación de experimentar la minuciosa tarea de esculpido producida por el agua a lo largo del tiempo».


4. Senda del Roblón de Estalaya.  «El Roblón de Estalaya es el árbol más longevo del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre. Ha sobrevivido a los rayos, las hachas y los incendios; me parece un ser vivo pertinaz, digno de veneración. La ruta que lleva hasta él discurre a través del bosque de hayas y robles, entorno que siempre me genera una gran paz interior. Me gusta terminar la ruta paseando por los pueblos del valle de Castillería, disfrutar de la arquitectura tradicional».


5. Castillo de Palenzuela. «En mi cocina utilizo productos del entorno, y, la búsqueda de muchos de ellos, me ha hecho conocer lugares tan curiosos como el castillo de Palenzuela. La cebolla horcal fue la responsable de hacerme descubrir esta fortaleza que no tuvo funciones señoriales, sino presidiarias. Las vistas del valle del Arlanza, desde esta antigua construcción castrense, son simplemente espectaculares».


6. Esclusa cuádruple de Frómista.  «Es una de las estampas que guardo con mayor cariño de la fantástica obra de ingeniería hidráulica que es el Canal de Castilla. De niño iba hasta allí con mis amigos en bicicleta, nos parecía una aventura llena de alicientes. Recuerdo bajar de la bici y curiosear ruinas, asomarnos a las esclusas y quedarnos embobados contemplando la corriente».


7. San Pedro Cultural.  «Buscando nuevos espacios para la organización de eventos descubrí la ‘Iglesia de las Estrellas’, en Becerril de Campos. Se trata de una antigua iglesia románica del siglo XII que en el año 2015 se convirtió en un centro astronómico. Aúna arquitectura, cultura, arte y gastronomía. La recuperación de este espectacular templo me parece fascinante, ha conseguido la perfecta fusión entre lo tradicional y lo científico. La verdad es que el trabajo de rehabilitación de Juan del Olmo y sus compañeros es único».


8. Mirador de Piedrasluengas.  «Este mirador es un auténtico espectáculo. Desde él se pueden ver los macizos central y oriental de los Picos de Europa, así como la sierra de Peña Sagra y el gran Peña Labra. Un espectáculo majestuoso en cualquier época del año que no deja a nadie indiferente».


9. La Escalera del Tiempo.  «Es uno de los itinerarios que puede hacerse en el Geoparque Las Loras. Siempre me sobrecoge pasear por este espacio y ver cómo el paso del tiempo y los elementos han esculpido el terreno. Una ciudad encantada llena de formas caprichosas y retorcidas. Me gusta caminar en silencio y perderme por el laberinto de callejones y pequeños cañones horadados en la roca».


10. Cascada de Mazobre.   «En plena Montaña Palentina es el mayor salto de agua natural de la provincia. Me gusta no solo por la cascada, sino por la enorme belleza de toda esta zona. Para llegar hasta ella hay un camino muy agradable paralelo al arroyo Mazobre, a los pies de los barrancos septentrionales del Espigüete, que me gusta recorrer, especialmente en primavera».