«Hay que trabajar para que Renault siga siendo clave»

Laura Burón
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El pasado jueves, los 2.853 trabajadores de los de grupos laborales que forman parte de la plantilla de la factoría de Renault en Villamuriel de Cerrato estaban llamados a las urnas para elegir a sus representantes sindicales.

«Hay que trabajar para que Renault siga siendo clave» - Foto: Óscar Navarro

El pasado jueves, los 2.853 trabajadores de los de grupos laborales que forman parte de la plantilla de la factoría de Renault en Villamuriel de Cerrato estaban llamados a las urnas para elegir a sus representantes sindicales. Hasta seis sindicatos competían con hacerse con el control del comité de empresa, compuesto por 25 delegados. Los resultados fueron bastante ajustados en algunos casos y la decisión de los trabajadores provocó cambios en la composición del comité. UGT fue la fuerza más votada, consiguiendo ocho delegados, mientras que CCOO se quedaba con seis y CGT experimentaba un notable aumento, con dos representantes más para alcanzar también los seis y auparse como el tercer sindicato más votado. Por su parte, el Sindicato de Cuadros y Profesionales y Trabajadores Unidos mantenían su representación, con tres y dos miembros en el comité, respectivamente. El sexto sindicato en liza era la nueva formación Alternativa Sindical Renault, que no conseguía el número mínimo de votos para estar representado. Con estos datos, el ugetista Mariano Soto revalida su puesto en la presidencia del comité de empresa.

 

Tras las elecciones sindicales celebradas el pasado jueves, ¿qué balance hacen desde UGT de ese proceso?

Todavía no hemos analizado los resultados. Esperaremos a mañana para hacer un análisis de lo que ha ocurrido en todas las factorías a nivel global, no solo con los datos de la fábrica de Villamuriel de Cerrato, sino con los resultados obtenido en conjunto, teniendo en cuenta los de Valladolid, Madrid y Sevilla. De esta forma, obtendremos una mejor conclusión de cómo han ido las cosas por todos los centros.

 

Con los resultados en la mano parece que han sido unas elecciones sindicales muy competidas, con algunos cambios en la representación del comité. ¿Se han cumplido sus expectativas?

Sabía que iban a ser unas elecciones muy reñidas, en la que tiene que ver poco la situación que se vive en los centros de producción, sino a  más bien a nivel sindical. Todo el mundo quiere ser la primera fuerza sindical, todos quieren ganar,  como es normal y lógico. Sabíamos que iban a ser unas elecciones reñidas y que había que pelearlas.

 

Entonces, ¿los cambios en el número de delegados sindicales que se han registrado estaban dentro de lo previsto?

Sí, porque hay que tener en cuenta que todas las elecciones son distintas por que se enmarcan en un contexto diferente. Contaba con la posibilidad de que CGT subiera dos delegados, teníamos en cuenta que eso pudiese suceder. De la misma manera que en las anteriores elecciones, las de 2015, fue ese sindicato el que perdió dos delegados, en estas cabía la posibilidad de que aumentara su representación.

 

¿Y cuáles pueden ser los motivos, desde su punto de vista, para que CGT haya crecido tanto en estas últimas elecciones y se haya convertido en la segunda fuerza sindical más votada?

No es difícil de explicar. Hay que tener en cuenta que tenemos una plantilla joven, con indefinidos y los mensajes de CGT alegran los oídos, es decir, te cuentan lo que quieres oír. Esos mensajes, en una plantilla con estas características, suele calar.

 

¿Esas características de las que habla podrían hacer que los sindicatos  más tradicionales como UGT y CCOO estén perdiendo la sintonía con los trabajadores?

No lo creo. Todo mi equipo es gente joven, con una media de edad que ronda entre los 35 y los 40 años, y creo que sintonizamos muy bien con los trabajadores. Pero el colectivo de trabajadores, como todo en la sociedad, cambia y evoluciona con el tiempo. Yo tengo 58 años y no es lo mismo la gente de mi generación que los jóvenes de ahora y eso hay que tenerlo en cuenta. El trato, la forma de llegar a ellos, la de hablarles, la de poder entender sus problemas y de que ellos nos entiendan a nosotros es diferente. Los de mi generación eran más fieles y ahora los más jóvenes lo son menos a unas siglas o a una idea.

 

Los sindicatos mayoritarios como UGT y CCOO fueron los principales firmantes del último plan industrial. ¿Cree que los resultados de las elecciones podrían suponer un castigo por ese plan?

Creo que no es un castigo. La mayoría de los trabajadores votan a UGT, a Comisiones Obreras o la Confederación de Cuadros. Estamos hablando de una cantidad de trabajadores con derecho a voto muy grande. Los que votan a UGT son bastantes, pero no suponen la mayoría en el conjunto de la plantilla de la empresa.

 

Eran las primeras elecciones a las que concurría una nueva formación, Alternativa Sindical Renault, formada por antiguos miembros de Trabajadores Unidos. ¿Contaban con esa división?

En Renault parece ser que últimamente hay interés por los sindicatos y que todos quieren entrar a formar parte. No nos esperábamos la escisión de Trabajadores Unidos, nos hemos enterado más tarde. No han obtenido los votos suficientes para conseguir un representante dentro de la empresa.

Que haya más opciones sindicales es totalmente legítimo. En Renault nos conocemos todos y sabemos qué intereses puede tener cada uno para formar parte del Comité. Al final, los que deciden son los trabajadores y ellos son los que tienen que pensar qué futuro quieren y con qué representantes quieren contar.

 

¿Cuáles cree que son los principales retos que tienen por delante?

Los mismos: que Renault siga siendo una empresa puntera, que tengamos trabajo y que llegue más carga de trabajo. Hay que tener visión de futuro a largo plazo. Tenemos que seguir trabajando para que Renault siga siendo una empresa clave en Castilla y León, que sigan llegando modelos nuevos, que no es algo fácil, y tener esa carga de trabajo que es lo que nos garantiza el futuro y nos va a permitir seguir creciendo tanto a la empresa como a los trabajadores. Hablo de empleo, de salario, de mejoras sociales... Todo ese conjunto de cosas es por lo que nosotros tenemos que seguir luchando, sobre todo para mejorar Renault, que es un espejo en el que se reflejan el resto de empresas.

 

A finales del mes de abril se implantará el tercer turno. ¿Se nota ya movimiento en la empresa con el aumento de plantilla?

De momento, todo va bien. En marzo irán incorporándose cada vez más trabajadores, no solo a Renault, sino también en las auxiliares, para ir formándose y así poder montar el turno en cuanto llegue el momento con garantías, para que pueda arrancar bien. Para mí ese es el futuro. Luego el mercado y la venta de coches dirá si ese turno va a ser más o menos duradero, si necesita una ampliación o se estabiliza... eso nos lo marcará el tiempo.

 

¿Qué supone el tercer turno para el conjunto de la plantilla?

No supone un mayor o menor esfuerzo para el trabajador ni más carga, simplemente supone que si al día hacemos 1.400 vehículos la cantidad se incrementará hasta los 2.000. El ritmo de fabricación y la actividad será la misma.

 

Los representantes sindicales elegidos el pasado jueves serán los encargados de negociar el próximo plan industrial y, por tanto, el convenio social o colectivo. ¿Qué expectativas tienen sobre esta cuestión?

Cuando llegue el momento tendremos que centrarnos en eso, aún es pronto. Cuando se sabe que por delante hay retos nuevos hay que ir preparándose e ir pensando en qué necesidades tenemos los trabajadores para planteárselas a la empresa, pero para eso todavía queda mucho tiempo y veremos en qué contexto comienzan esas negociaciones.