Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Democracias responsables

27/06/2022

Son esas democracias en las que los gobiernos comparten sus aciertos y sus logros, sus formas y maneras de conseguir el bienestar social de todos los habitantes de sus naciones, con sus ciudadanos y con otros pueblos. En tales democracias la oposición a los gobiernos es siempre de talante constructivo, de elevada madurez ante los compromisos de Estado pero concluyente en medio de los desaciertos que muestran inmadurez o sinsentido en determinadas acciones de gobierno que ocasionan frustración y pobreza al pueblo. El compromiso de la democracia con el pueblo tiene su asiento en el consenso, en la escucha permanente del ciudadano, de la mayoría civilizada y silenciosa, y cuyas opiniones siempre son ciertas y razonables, desde la experiencia de vida. La obligación de quien gobierna es atender cuantas demandas reciba, sin exclusión de fortuna, ideología, raza o religión. Una democracia actúa con responsabilidad cuando la palabra de sus gobernantes no empeña ni promete realizar macroconstrucciones que por sí mismas no se mantienen por su elevado coste económico, innecesario e inalcanzable, y porque tales empeños forman parte de los anacronismos políticos cuyo fundamento se sitúa en la demagogia más tosca y humillante que puede ofrecer la sinrazón y la incompetencia. Son responsables las democracias que sujetan el gasto público a las posibilidades del presupuesto y a las verdaderas necesidades de la nación, y cuyo deber consiste en no oprimir la economía nacional y poner en dificultades a los ciudadanos y a las empresas con impuestos creadores de inestabilidad y desempleo o la inseguridad en el mismo. Las democracias que son capaces de quitar deuda interna y externa y de no incrementan el déficit, y son capaces de ahorrar e invitar al ahorro para, con ello, aumentar la prosperidad de la nación, y atendiendo con prioridad a los programas en salud, educación, ciencia, tecnología, conservación del patrimonio histórico y cultural y en la custodia y defensa de tales programas. Son democracias responsables; son democracias ejemplares y a la vez espejo para el resto del mundo por ser solidarias en la comunicación del saber científico y en la transmisión de conocimientos humanísticos.