Pasadas las tres de la madrugada del 5 de agosto de 1962, el cuerpo sin vida de Marilyn Monroe fue hallado en la cama de su habitación de Los Ángeles. Junto a ella, un teléfono descolgado y un bote de barbitúricos vacío. ¿La causa de su fallecimiento? Una dosis letal de somníferos. 

Al menos, esa fue lo que determinó la autopsia, pero aún hoy existen dudas y son muchas las conjeturas sobre su muerte. ¿Se trató de un suicidio? ¿Tomó de forma accidental demasiados sedantes? ¿Fue asesinada? Han pasado 60 años de su trágico desenlace y son muchas las preguntas que todavía quedan por responder.

Según la versión oficial, fue el psiquiatra de Monroe quien halló a la actriz, ya fallecida, tras una llamada de emergencia de su ama de llaves. Pero otros testimonios contradijeron dichas declaraciones al asegurar que la empleada la encontró inconsciente en la noche del día 4. Fue trasladada a un hospital, pero ya nada pudo hacerse por su vida.

Ante las incesantes incoherencias, las teorías de conspiración no han hecho más que multiplicarse con los años. Y en todas ellas siempre aparece un elemento común: los Kennedy. La supuesta relación sentimental de la intérprete con el presidente estadounidense John F. Kennedy y su hermano Robert les colocó siempre en el ojo del huracán.

La conjetura de un asesinato siempre estuvo ahí. Son muchos los que consideran que el Gobierno de EEUU, preocupado porque Marilyn revelase importantes secretos de Estado que los hermanos le habrían confiado, decidió callarla por siempre. Incluso se ha llegado a manchar de sangre las propias manos de Bobby, quien podría haber decidido borrar del mapa a su juguete de oro para evitar futuros escándalos. De hecho, algunas versiones mantienen que Robert conversó con ella horas antes de su muerte, posiblemente para romper vínculos.

La CIA, el FBI, activistas sindicales, agentes comunistas... Fueron muchos los señalados. Pero lo cierto es que, más allá de las conspiraciones, Marilyn nunca pudo superar sus demonios del pasado, lo que le llevó a una dependencia a los ansiolíticos que no hicieron más que precipitar un fatal destino que muchos llevaban tiempo pronosticando. ¿Fue asesinada por sus lazos con los Kennedy? ¿O acaso no pudo superar el fin de sus relaciones? El tiempo no hace más que añadir nuevas dudas.