Las autoridades francesas han abierto una investigación sobre un fallo masivo en el funcionamiento del servicio telefónico de urgencias, un hecho "inaceptable" en palabras del Gobierno al que en principio se le atribuyen tres muertes, si bien el presidente, Emmanuel Macron, ha defendido que es "muy pronto para hacer balance".

La avería comenzó el miércoles y, como ha explicado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, "no ha sido una interrupción" del servicio, sino que ha habido una "gran degradación". El problema, cuyas causas se investigan --en principio se descarta un ataque--, ha afectado a todo el país aunque en distinto grado.

Interior ha lamentado "tres incidentes graves" a raíz de este incidente, en alusión a una persona fallecida de un problema cardiovascular en el departamento de Morbihan y otras dos muertes por ictus en la isla de Reunión. Darmanin ha asegurado que estas tres personas "intentaron llamar varias veces" sin éxito, según la televisión pública.

Macron ha dicho estar "muy preocupado" por lo ocurrido, aunque cree que es "muy pronto para hacer balance". Las autoridades, entretanto, han puesto en marcha números alternativos para derivar posibles emergencias, al tiempo que intenta examinar cuál es la responsabilidad de la telefónica Orange en toda esta crisis.

El máximo directivo de la firma, Stéphane Richard, ha pedido perdón en nombre de la compañía tras ser convocado en el Ministerio del Interior. "La situación está estabilizada ahora", ha publicado en su cuenta de Twitter, mientras que Orange ha confirmado que mantiene "bajo vigilancia" toda la red.