Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Junio

12/06/2022

Para los estudiantes es un mes muy importante: Finaliza el curso y se convoca la EBAU, es decir, la prueba de acceso a estudios superiores, a la que pueden concurrir los alumnos que hayan concluido sus estudios de bachillerato, aunque no hayan aprobado todas las asignaturas del curso. Si no han superado o bien hayan abandonado una asignatura, podrán igualmente acceder a realizar las pruebas. Este hecho ya es, en sí mismo, una anomalía. Pero no supone ningún obstáculo para que los alumnos en su inmensa mayoría-más del 95%-aprueben dichos exámenes. La calificación obtenida es fundamental para que el alumno sea admitido en la facultad que desea para continuar su formación. Todos los años, llegado este mes, se habla de la necesidad de que el examen de estas pruebas sea el mismo en toda España, lo que ciertamente sería muy deseable para, así, superar el hecho evidente de que en unas comunidades es más fácil que en otras . Es decir, no todos los españoles son iguales ante las pruebas de acceso a la universidad. La brecha que separa a unos  de otros, según la comunidad de residencia, no deja de profundizarse a pesar de las monsergas con que nos ensordecen los políticos. Ciertamente sería muy beneficioso que hubiera una prueba única en toda España, pero, en mi opinión, es utópico pensar que pueda suceder, dada la capacidad de los gobiernos autonómicos para gestionar el sistema educativo en el que se evidencia un constante interés por subrayar las diferencias entre las comunidades autónomas. Si ni siquiera hay unanimidad para designar las pruebas de acceso: En unas comunidades se habla de EBAU mientras que en otras se prefiere EVAU. Los currículos no son los mismos: Cada comunidad prioriza la literatura o la historia de su región frente a las nacionales. ¿ Alguien supone que en Cataluña, por ejemplo, se va a estudiar la literatura de cualquier otra región que no sea la catalana ?.El auge de los regionalismos y de los localismos es cada vez mayor, baste observar la composición del Congreso de los Diputados. La fragmentación de nuestro país es un hecho que elimina por completo el ideal de igualdad de oportunidades para todos.