Fijos discontinuos, los invisibles del paro

Agencias
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No trabajan pero tampoco aparecen en las listas de desempleo. Son las más de 440.000 personas inactivas pero con contrato indefinido intermitente en el 'limbo' de la Seguridad Social

Fijos discontinuos, los invisibles del paro - Foto: Imagen de Freepik

Las cifras tardaron más de un año en desvelarse tras la reforma laboral impulsada por el departamento de la ministra Yolanda Díaz, pero las presiones desde la oposición obligaron al Gobierno a reconocer en febrero que, al cierre de 2022, había más de 443.000 trabajadores fijos discontinuos inactivos. Es decir, aquellos que no trabajan ni tampoco reciben una nómina, pero tienen un contrato y no figuran en los registros del paro.

La entrada en vigor de la legislación provocó un repunte de este tipo de convenios de 1,2 puntos en 2022 hasta suponer el 3,4% del total de asalariados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Una subida con la que el Ejecutivo lleva tiempo sacando pecho por haber promovido este tipo de contrato indefinido -cuya particularidad es que la actividad es intermitente en el tiempo-, frente a la caída de la temporalidad: ha pasado del 25,38% en 2021 al 17,93% en 2022.

Sin embargo, muchas voces alertan de que existe otra realidad oculta. Y es que, la oposición argumenta desde hace meses que el alza de fijos discontinuos supone maquillar las cifras del paro. Que las personas con un contrato que no trabajan de enero a diciembre no contabilicen como desempleados no es ninguna novedad, ya que desde hace 38 años no forman parte de las estadísticas del paro. Pero entonces tenían mucho menos peso que ahora, especialmente tras una polémica reforma que obligó a convertir los convenios temporales en fijos discontinuos. De ahí las cifras, denuncian.

No obstante, el secretario de Empleo, Joaquín Pérez Rey, aseguró recientemente en el Senado que el número de fijos discontinuos inactivos que no computan como parados solo ha subido en unas 5.000 personas en el primer año de la legislación, al pasar de los 319.817 de media en 2021 a 325.128 en 2022. Además, destacó que de las 594.200 personas en este panorama contabilizadas por la EPA, solo 45.500 estaban buscando trabajo activamente.

Los empleados en esta situación son conscientes de que tienen más garantías que con un contrato temporal. Señalan una relativa tranquilidad en los períodos que permanecen inactivos sin la necesidad acuciante de tener que buscar otro trabajo, pero se ven con muchas menos ventajas que aquellos que son indefinidos ordinarios. 

Cierta estabilidad

Para Víctor, maestro de música en un instituto y profesor de flauta travesera en un conservatorio y en extraescolares de otro colegio, tener tres contratos fijos discontinuos le aporta cierta estabilidad, pero reconoce verse en inferioridad «en comparación con otros compañeros que son directamente fijos», a lo que suma el inconveniente de los desplazamientos al estar pluriempleado.

«Yo creo que da mucha más seguridad que un contrato eventual, que no sabes si te van a llamar o no», explica Esther, jefa de cocina en un comedor escolar de Madrid que lleva más de 30 años como fija discontinua. Asegura que siempre ha tenido la seguridad de que iba a trabajar el curso siguiente, ya que sus dos meses de inactividad coinciden con el parón veraniego, si bien apunta que «no es la misma estabilidad» que un indefinido ordinario. Para ella esta fórmula ha sido posible porque la fuente de ingresos principal en su hogar es su marido, aunque preferiría poder trabajar un mes más y luego tener su mes de vacaciones, «como tiene la gran mayoría de gente».

Mario cuenta que comenzó como carretillero con un contrato temporal de seis meses, pero que, como salió adelante la reforma, le hicieron fijo discontinuo y estuvo en 2022 otros seis meses así, hasta que entró en inactividad a principios de año. «Tengo en principio asegurado que me van a llamar mientras que surja trabajo», destaca.

«Se puede vivir de eso», señala Iván, músico que activa su convenio para los eventos que se acumulan sobre todo en verano. «Te da esa garantía de que cuando necesiten un servicio como el que tú prestas van a contar contigo», afirma.

Fuentes del BBVA Research coinciden en esta idea e indican que «el contrato fijo discontinuo representa una mejora con respecto a los temporales», aunque piden mantenerse alerta ya que será necesario evaluar las repercusiones de su incremento a largo plazo.