No conozco (vaya por delante) las razones técnicas que han inclinado las balanzas gubernamentales hacia La Coruña,(Inteligencia Artificial) y Sevilla (Agencia Espacial Española), pero, haciendo balance, de sobra me doy cuenta de que en nuestra Comunidad ha faltado inteligencia emocional y que unos y otros más que la tierra han estado en las nubes (observe el paralelismo, avezado lector). León, Palencia, Cebreros, Salamanca y Segovia, como tantas otras en España, se han quedado compuestas y sin novio. ¡Qué mal se ha jugado esta partida¡
Para empezar, no tengo claro si alguna vez alguna de las candidaturas tuvo alguna posibilidad, pero el hecho de que la dirigencia local hubiera creado expectativas ha devenido en una decepción perfectamente evitable de haber sabido de antemano las verdaderas posibilidades al margen del uso partidario de la cuestión.
Además, no estoy seguro que, dado nuestro tamaño, presentarse por separado haya sido buena idea y que, en lugar de candidaturas de Comunidad se hayan presentado candidaturas con etiqueta localista.
Y luego está el insultante «rondó» de justificaciones de unos y otros, cada cual con su argumentario, pero todas con un factor común: ninguno tiene, no ya la culpa, sino responsabilidad alguna. La responsabilidad siempre es el contrario, sea La Moncloa o La Asunción. Una explicación precaria, argumentario papanatas que priva a los ciudadanos de uno de sus derechos: la dación de cuenta y la asunción de responsabilidades. ¡En las empresas privadas quisiera ver yo a todos los mandamases que estos días andan pasándose la pelota del fracaso¡ Un poco sí, hemos sido el ejército de Pancho Villa y un poco sí se me está pareciendo el capítulo de justificaciones a las partes pubendas de la Bernarda. O el chiste aquel de la bacanal que terminó con el famoso «organícense».