El centro penitenciario de La Moraleja, ubicado en el término municipal de Dueñas, celebró ayer la festividad de Nuestra Señora de la Merced. La principal reivindicación en este día fue la necesidad de médicos en la plantilla. «Es un problema general. Hay una ley que desde hace unos cuantos años que aboga por que la sanidad penitenciaria se integre en el sistema general de salud, cosa que no se ha hecho», aseguró Javier Díez, director de La Moraleja, para añadir que «nos vendría muy bien dado que los médicos pasarían a formar parte de la sanidad pública y se solventaría el problema».

Respecto al resto de la plantilla no hay problemas, con un total de 440 trabajadores, que «se ajustan a la cifra de 695 internos. No hay sobreocupación pues la capacidad del centro es de 1.180 celdas. Hay cuatro módulos vacíos», señaló.  

La situación en la prisión es similar a la de los años anteriores pese a la alarma surgida a raíz de los conflictos sucedidos esta semana. «Lo que ha aparecido en los medios de comunicación no concuerda con la realidad. Han sido dos peleas entre internos sin que haya lesiones ni nada», explicó el director de la institución penitenciaria. «Son los primeros incidentes graves que hemos tenido desde el inicio del año, algo a mencionar teniendo en cuenta el perfil de los presos que tenemos», resaltó Javier Díez.

conflictividad. El director de la institución penitenciaria también hizo referencia al índice del 80% de presos conflictivos que hay cumpliendo condena ahora mismo y del que hablan los sindicatos, a lo que Díaz reiteró que «la cifra es mucho menor, pues habrá un 40% del total de reclusos. En mi opinión, ocurren pocos problemas para el perfil de interno tan complicado que hay». 

En relación a la procedencia de los presos, destacó que «casi la mitad son extranjeros». Por otra parte, cabe destacar que La Moraleja cuenta con el programa de régimen cerrado, calificado por Díaz como «el producto estrella».

ACAIP-UGT y CSIF se desmarcan. ACAIP-UGT y CSIF, sindicatos mayoritarios en prisiones, no acudieron a los actos del Día de la Merced como medida de protesta «por la falta de negociación y la imposición de los gestores de instituciones penitenciarias; sin teletrabajo; sin horarios adecuados; sin mejoras laborales y retributivas; sin formación; sin adecuación de los puestos de trabajo, sin cubrir las vacantes de prisiones ante el envejecimiento de las plantillas y sin medios para evitar las agresiones por la falta de negociación de las mejoras económicas y laborales», detallaron. Según ellos, la situación, lejos de mejorar, ha ido empeorando en los últimos años.