Un grupo de afiliados de UGT y CCOO se concentró ayer convocados por ambas fuerzas en la plaza de los Juzgados para condenar el asalto que se produjo el pasado 9 de octubre a la sede del sindicato CGIL en Roma por parte de manifestantes vinculados a la ultraderecha y el movimiento anti vacunas (nova). Así, se solidarizaron con sus compañeros italianos, «frente al ataque del escuadrismo fascista sufrido y compartimos con su secretario general, Mauricio Landini, la exigencia de que se disuelvan las organizaciones que reclaman el fascismo, como Forza Nuova, convocante de la manifestación e instigadora del ataque a la sede sindical», apuntaron.
A su vez, UGT y CCOO instaron a los estados y las fuerzas políticas democráticas «a responder contundentemente a la ultraderecha que fomenta violencia, odio, desestabilidad democrática y de convivencia ciudadana», además de poner fin a la complicidad con estos movimientos.
«Los mensajes de odio que se lanzaron contra el primer sindicato de Italia recuerdan peligrosamente a los ataques del fascismo italiano y la violencia ejercidos contra las organizaciones sindicales y las cámaras del trabajo entre 1920 y 1922 con agresiones, torturas y la muerte de sindicalistas», indicaron ambos sindicatos mayoritarios.