Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Sin arreglo

28/04/2022

El país de las Maravillas de la Alta Velocidad Ferroviaria que es España ofrece en ocasiones espectáculos de carreteras de origen prediluviano. Hay ciertos tramos, ciertas colecciones de baches, algunos arcenes y determinadas carreteras que no es que den pena: dan miedo. 

Qué poco sospechábamos hace seis meses que la obra para resolver una incidencia con un viaducto en la A-67 a la altura de Frómista sería hoy todavía, en abril, un problema en vías de solución. Desde aquel 26 de agosto el tráfico sigue siendo desviado por la N-611 entre Frómista y Amusco en sentido Palencia. Así todo el otoño, el invierno y días señalados, como la operación retorno de Semana Santa hace unas fechas, convertida en un calvario penitencial a mayores. Los alcaldes de las localidades afectadas andan quejosos porque este desvío ocasiona problemas adicionales por el tráfico pesado y no tan pesado que desfila obedientemente en vista de los retrasos. Problemas y deterioros, daños en rotondas que a saber si se arreglarán algún día.

Es de esas cosas que te desesperan como ciudadano y como contribuyente. No es ya que se estén produciendo dificultades, como es el caso, sino la falta de explicaciones por parte del Ministerio de Fomento y la poca celeridad en justificar unas obras que en realidad solo la falta de interés hace que se prolonguen tanto.

Esta actitud un tato "snob" sobre la vialidad en España y esta falta de recursos de mantenimiento, este poco realismo, esta apertura en falso de debates relevantes como los peajes generalizados pierden por desgracia toda autoridad moral ante retrasos como esos, del que el viaducto de Frómista es sólo un ejemplo más. Luego se les llenará la boca con los presupuestos sociales mientras esperan pacientemente la llegada del Falcon. De las narices.