El obispo pide «más compromiso» en el Corpus Christi

Laura Burón
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Una lluvia de pétalos recibe la custodia de plata con el Santísimo en la plaza de la Inmaculada · La misa se celebró en la iglesia de San Francisco, con problemas de acceso que provocaron numerosas quejas

El obispo pide «más compromiso» en el Corpus Christi - Foto: Óscar Navarro

La celebración de la eucaristía del Corpus Christi presentaba cambios este año, puesto que en lugar de tener lugar en la catedral, que está en obras, se trasladó a la iglesia de San Francisco. Eso conllevó varios problemas de acceso antes de la misa y las quejas de padres, catequistas y fieles que no pudieron llegar o tuvieron muchas dificultades para hacerlo, hasta los bancos que tenían reservados en el templo. Al dinal sobraron espacios y eso despertó las quejas de muchos de los asistentes, que se vieron relegados a la parte trasera de una iglesia que se quedó pequeña.

Más allá de eso, la celebración eucarística se desarrolló con normalidad. El obispo de la Diócesis, Manuel Herrero, recordó en su homilía que «en el mundo hay muchas cosas por mejorar, puesto que hay problemas de convivencia, guerras, desigualdades, hambre y condiciones indignas de vida». Por ello, explicó que para revertir esa situación es necesario comprometerse. «Si todos nos comprometemos no vamos a mejorar el mundo de la noche a la mañana, pero sí mejorarlo algo», afirmó para hablar de la necesidad de crear una nueva humanidad basada en los valores, los puntos de interés, las fuentes de inspiración y las líneas de pensamiento.

Hacer el bien. Manuel Herrero también se dirigió a los niños de Primera Comunión, para lo que bajó del altar y habló cara a cara con ellos. Les explicó que «el mejor regalo es Dios» y «la fe en Jesús» y, tras preguntarles por su familia, bromear e interesarse por el cole, llegó a un acuerdo con ellos: «Quedamos en que vais a hacer el bien a todos o por lo menos lo vamos a intentar», les recordó.

Después de la eucaristía comenzó la procesión, que este año también estrenaba recorrido. Primero se colocó la Sagrada Forma en la custodia de plata que aguardaba en el exterior de la iglesia de San Francisco, por delante de la que pasaron todos los invitados a participar en el desfile procesional. 

Durante el recorrido, las cofradías penitenciales instalaron varios altares para resaltar el paso del Santísimo. Danzantes, gigantes y cabezudos, representantes de la cofradías y órdenes religiosas, autoridades eclesiásticas, Banda Municipal de Música y, por supuesto, niños de Primera Comunión recorrieron las calles del centro de la ciudad para dirigirse a la plaza de la Inmaculada, donde hubo que hacer un alto puesto que uno de los espectadores sufrió una indisposición que hizo necesaria la presencia de una ambulancia. 

Fue a los pies de la catedral, donde los niños lanzaron los pétalos de flores en el momento en el que el Santísimo pasaba junto a ellos. La bendición del obispo a todos los presentes puso punto final a la celebración del Corpus en la capital.