Bienestar animal preciso pero con matices a la ley

J. Benito Iglesias
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Los colectivos profesionales relacionados con su atención y adopción -veterinarios y tiendas- y los propietarios de mascotas mantienen ciertas dudas e incertidumbres sobre la normativa

Bienestar animal preciso pero con matices a la ley - Foto: Sara Muniosguren

Aún no cuenta con una fecha de aplicación determinada, pero el proyecto de la Ley de Bienestar Animal, aprobado en el Congreso y aún en fase de tramitación en el Senado, da pasos importantes para garantizar la protección y el fin a la negligencia y el maltrato.

No obstante, los colectivos profesionales relacionados con el mundo animal y los propietarios de mascotas mantienen ciertas dudas e incertidumbres sobre la normativa. «Consideramos que se trata de una ley necesaria pero no compartimos que en el proceso de elaboración se haya prescindido de toda la base científica y el conocimiento acumulado que puede aportar el colectivo veterinario», señaló a DP Luis Fernando Román, presidente del Colegio Provincial de Veterinarios.

En su opinión, cuando entre en en  vigor el texto legal habrá dificultades para su aplicación. «No se han tenido en cuenta las especificidades de cada sector dentro de los animales de compañía, además de no definir con claridad cuáles son considerados como tales», expuso.

Para Luis Fernando Román, el principal inconveniente es haber dejado de lado la opinión de los comités científicos veterinarios y el hecho de que «se trata de una ley muy filosófica, lo que conlleva que muchas cosas sean muy difíciles de implementar en el futuro».

En esa línea, explica que dentro de uno de los apartados de la Ley de Bienestar Animal se contempla que los titulares o personas que convivan con animales de compañía tienen la obligación de superar la formación en tenencia responsable reglamentada para cada especie, pero no define quién es el capacitado legal y técnicamente para impartir esa formación. «Así, se deja paso a que los veterinarios no sean los únicos profesionales capacitados para poder diagnosticar y tratar problemas relacionados con la conducta de los animales (descartar problemas fisiológicos, exploración neurológica, diagnóstico de alteración conductual, etc.), hecho que podría favorecer el intrusismo, tratando de ampararse estas actuaciones en las previsiones de esta ley», arguye.

?Por otro lado,  desde el Consejo General de Veterinarios de España se pregunta qué responsabilidad tiene el profesional al atender perros o hurones que se utilizan en actividades cinegéticas o de guarda de ganado, «ya que no necesitan validaciones de comportamiento, ni certificado veterinario acreditativo de dicha aptitud, ni la titulación específica o curso de formación, sino tan solo la inscripción en un registro», según argumenta su presidente Luis Alberto Calvo.

?También se refiere a la responsabilidad que tiene el profesional veterinario al atender animales exóticos no incluidos en las listas positivas, «porque ese tipo de animales podrían considerarse clandestinos», y se pregunta si los gatos de compañía -ya que la nueva ley dice que deben estar identificados y esterilizados- pueden ser tratados  sanitariamente en casos no urgentes si no cumplen con esta nueva normativa, dado que la identificación es perfectamente detectable».  

A juicio de Luis Alberto Calvo,  son varios los aspectos «de esta confusa Ley los que condicionan de lleno la práctica veterinaria habitual, que ya estamos analizando desde el punto de vista jurídico».

adquisición. Los profesionales vinculados a la venta de animales, alimentación y otros servicios también plantean serias dudas sobre el texto legal. «Da la sensación de que lo que estaba regulado se mantiene y se introducen cosas nuevas sin fijar un fecha de aplicación. Por ejemplo, en la venta de animales en las tiendas se da un plazo de cuatro años para elaborar una lista concreta, por lo que se podrán seguir adquiriendo las mismas especies que hasta ahora, aunque no puedan estar en escaparates y tengan que ocupar los espacios menos visibles de las tiendas», señala Alberto Gallinas, responsable comercial de la empresa Gaherproga, con tiendas y clínicas veterinarias en la capital, Valladolid y Burgos.

«También muchos clientes nos preguntan por lo del curso obligatorio de formación para propietarios de animales. Se fija un plazo de dos años, pero  no se dice quién puede impartirlo y solo se recoge en la nueva normativa que es gratis. Tampoco tienen claro en el ámbito doméstico si en el cuidado de sus mascotas pueden incurrir en maltrato y ser sancionados», desgrana. Al respecto actualmente en la provincia hay cerca de 52.000 perros censados.