El ascenso definitivo

David del Olmo
-

Se cumple una década desde que el Palencia Cristo Atlético dijo adiós a la Regional de aficionados

El ascenso definitivo

Diez cursos, contando el paralizado hace dos meses, encadena el Palencia Cristo Atlético en Tercera División, partiendo de un ascenso desde la Regional de aficionados (el tercero de su historia, todos en la misma década), en la 2009-10, con el que casi nadie contaba y que forma parte de los anales del fútbol palentino como una de las gestas a recordar.

Julián Martín, que había dirigido al equipo con Javier Ruiz la campaña anterior, tras su descenso de Tercera (07-08), recuerda una «situación muy difícil económica y deportivamente. Se habían ido todos los futbolistas, había una deuda importante» derivada de la segunda temporada del club en el grupo VIII (la primera había sido la 04-05). «Conseguimos salvar la situación con jugadores de Palencia, manteniendo la categoría en Preferente. Y para el año siguiente le propuse al presidente, Cata (RamónAndreu) cambiar la estructura del club, haciéndome cargo de la dirección deportiva», relata Martín, que eligió a Santi Villahoz como técnico guía del proyecto: «entre los dos hicimos el equipo con jugadores de Palencia, y salió una temporada redonda».

Con Pahito (había regresado el curso anterior) como «gran veterano y alrededor chicos que pasaban de juveniles, o descartes del Venta de Baños que estaba en Tercera, intentamos hacer un equipo dentro de las posibilidades del club, que a nivel económico eran cero. Se trataba de salvar la categoría, hacerlo dignamente y sin proponernos el ascenso».

El ascenso definitivoEl ascenso definitivoAunque primero debió convencer a Villahoz (al que acompañó como segundo Julio Guati): «es una pena que no haya seguido de entrenador. Entonces me decía, ¿cómo voy a ponerme a entrenar a un Preferente si prácticamente no he entrenado ni a un juvenil? Eran los tiempos de Guardiola y le ponía el ejemplo, que se tiene que empezar alguna vez. Y que no iba a haber presión, nos conocíamos de haber jugado en el Palencia y la Arandina y no iba a tener problemas porque, aunque el presidente era Cata, yo estaba justo debajo e iba a estar muy cómodo».

Empezó ganando al San José (0-1 con un madrugador gol del defensa Borja). Villahoz alineó a David, Diego, Ángel, Borja, Alberto, Pahito, Luis, Villa, Óscar, Oli y Ánder. Entraban de refresco Gelo, Adrián y Fran. En la segunda jornada, en ElOtero, victoria sobre el Norma (2-1; Óscar y Aitor).Luego llegaban dos empates (0-0) ante Becerril y Cebrereña (que luego se revelaría como su gran rival). Y en la quinta jornada, goleada (4-0 al Castilla Dueñas, con dos de Aitor, uno de Emi y otro de Pahito de penalti).

Los jóvenes palentinos eran segundos, «jugaban muy bien, un fútbol muy bonito, muy vistoso y eso acompañado por las victorias, les daba una confianza máxima», resume Martín. De esa manera cerraban la primera vuelta con 33 puntos (9 victorias y 6 empates, ningún tropiezo), a dos del Villamuriel (líder), y con un encuentro aplazado. Un joven Aitor (hoy en el Castilla) refrendaba el juego de los suyos con nueve goles en la primera vuelta.

El ascenso definitivoEl ascenso definitivoQuedaba la segunda mitad, iniciada con tres victorias (San José, Norma y Becerril) y la primera derrota tras 18 encuentros (2-1 en Cebreros). Para entonces el Cristo era líder con dos puntos de renta sobre el Villamuriel, cuatro más que el Burgos UD(que un par de semanas después se retiró de la competición -que había empezado impar, sin El Espinar- dejando el grupo en 16 equipos) y cinco sobre la Cebrereña.

El equipo de Villahoz se quedó sin los tres puntos ganados al Burgos UD, lo que acercó a la Cebrereña (el Villamuriel también era perjudicado, cayendo en la tabla), aunque siguió líder. Y el resto de temporada se convirtió en un duelo cerrado entre palentinos y abulenses, con los perseguidores al acecho. Aguantó la presión de verse segundo el Cristo, que entraba en mayo empatado a 58 puntos con su rival, y con un partido menos. Ganó al Arenas (4-0), empataba en casa del Burgos Promesas (3-3, remontando en los cinco últimos minutos un 3-1, con sendos tantos de Pahito) y, tras ganar al Bosco (2-0), solo tuvo que esperar a que el Benavente (segundo del otro grupo) empatara, para celebrar el merecido éxito.

Toda una «alegría para un club que estaba tambaleándose», el inicio de una nueva etapa, la más exitosa y de mayor crecimiento del club. Como concluye Martín: «en Tercera era un equipo modesto, y año tras año ha ido mejorando hasta llegar a ser un club semiprofesional. Hace 10 años te lo dicen y no lo crees. Y no hay más que mirar el nivel actual, de presupuesto y futbolistas, como uno de los gallitos de Tercera».

 

PLANTILLA. Aquel plantel contaba con David Martínez y Pelayo como porteros, Borja (1 gol), Diego Martín, Dani Cuesta (1), Alberto Peix (1), Cristian Serrano, Fran Gutiérrez, los mellizos Ángel (1) y Luis Villahoz (1), Gelo (2), Pahito (6), Adrián Villahoz (4), Óscar Nieto (6), Aitor Martínez (10, más los dos invalidados por la retirada del Burgos UD), Juan Pedrosa (5), Ánder (6), Varo, Oli (1), Emi (3) y Villa (2); a los que se sumaban los juveniles Sergio Abril y el portero Celada.

Más fotos:

El ascenso definitivo
El ascenso definitivo
El ascenso definitivo
El ascenso definitivo

Dos tantos en propia puerta completaron las 52 dianas moradas. Entre David y Pelayo encajaron apenas 17.