25 años de La Moraleja: De Mayor Oreja a Grande-Marlaska

César Ceinos
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La cárcel de Dueñas celebra sus bodas de plata con un calendario conmemorativo que incluye actividades en el Lecrác, el edificio del que salieron los primeros 70 reclusos que acogió el nuevo centro penitenciario, llamado macrocárcel en los 90

Mayor Oreja y el resto de autoridades observan la guardería de la cárcel en 1997. - Foto: Rosa Marcos

La cárcel de Dueñas será, con total seguridad, el único lugar de la provincia en el que nadie quiere hospedarse. Dormir en este edificio, bautizado La Moraleja por el pago en el se construyó, supone la privación de movimientos y el cumplimiento de un castigo impuesto por los jueces. Como aseguraba el célebre Miguel de Cervantes en El Quijote, una de las obras cumbre de la literatura mundial, «la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».

Aún así, muchas personas han dormido en el edificio que el pasado otoño alcanzó sus primeros 25 años de vida y que en la década de los 90 del siglo pasado era también conocido como macrocárcel. Los primeros setenta presos, todos hombres, llegaron al nuevo centro penitenciario procedentes de la antigua cárcel provincial, el actual centro cultural Lecrác, el 21 de noviembre de 1997. Lo hicieron a partir de las 9,30 horas, en dos furgones que hicieron tres viajes entre la capital y la ciudad botijera para acercar a los penados. Este operativo «se desarrolló sin ningún tipo de incidente», según manifestó el director del nuevo inmueble, Jesús Hernando, al decano de la prensa palentina.

Sopa de pescado, filetes de ternera con lechuga y patatas y una naranja de postre fue la comida que degustaron los encarcelados que estrenaron las instalaciones de la carretera de Cevico de la Torre. Pese al castigo que suponía dormir entre rejas, los internos «han estado muy tranquilos durante todo el traslado y se les ha visto contentos e ilusionados por conocer el nuevo centro», aseguró Javier Díez Colado, que cesó como director de la vieja cárcel de Palencia y pasó a ocupar el cargo de subdirector de la nueva. Inicialmente estaba prevista para albergar aproximadamente a un millar de personas, pero la cifra se ha superado a lo largo de sus cinco lustros de vida. Llegó a acoger hasta 1.700. En la actualidad,  fuentes oficiales declaran que la población reclusa es de 740 personas, que están vigiladas por cerca de medio millar de empleados.

El presupuesto total del proyecto inicial ascendió a 8.500 millones de pesetas. La cárcel se planificó con una torre de 70 metros de altura y 14 módulos residenciales con 72 celdas, un comedor, una sala de estar, un patio de paseo, un taller ocupacional, un gimnasio, una peluquería, un aula, cuatro despachos, un economato y varios almacenes. Además, se diseñaron otras estancias, como locutorios, habitaciones para visitas familiares, un pabellón, una piscina y un salón de actos. Era una de las 17 prisiones de nueva creación que se contemplaban en el Plan de Amortización y Construcción de  Centros Penitenciarios aprobado por el Consejo de Ministros en junio de 1991.

Con motivo del vigésimo quinto aniversario de su puesta en marcha, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, visitará mañana (17,00 horas) el Lecrác para celebrar la efeméride. Concretamente, participará en la inauguración de la Semana de la Administración Abierta, que incluye una ponencia en la que también interviene el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y el visionado de un vídeo conmemorativo. El calendario de actividades continuará durante los días siguientes repartido entre la antigua cárcel de la avenida de Valladolid, el centro cultural de Dueñas y la propia prisión.

AGRADECIMIENTO POLÍTICO. Otro ministro, Jaime Mayor Oreja, que portó la cartera de Interior entre 1996 y 2001, fue el encargado de presidir la inauguración de La Moraleja el 3 de noviembre de 1997. Descubrió una placa conmemorativa y visitó las instalaciones acompañado, entre otros, por el director general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste. Además, tuvo un recuerdo muy especial para los funcionarios de prisiones (Ortega Lara había sido liberado del zulo de la banda terrorista ETA el 1 de julio anterior), aseguró que el nuevo edificio disponía de los medios suficientes «para conseguir reinsertar a los presos» y dio las gracias a la corporación municipal y al pueblo de Dueñas por haber acogido la cárcel. «Siempre suele haber muchos prejuicios a la hora de albergar este tipo de centros, a pesar de que suelen traer aparejadas ventajas significativas», manifestó el político vasco.

No fue el único que destacó «la solidaridad» de los eldanenses por convivir, desde entonces, con una prisión. Dos años y medio antes, el 24 de mayo de 1995, en el acto oficial de la colocación de la primera piedra, la secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios durante el último gobierno de Felipe González, Paz Fernández Felgueroso, reconoció «la buena disposición de los vecinos de Dueñas al acoger a este proyecto en su localidad». 

Por su parte, José Manuel Cabañas, alcalde de la ciudad cerrateña entre 1983 y 1999, introdujo en un estuche de cartón que se colocó debajo de la lápida inicial un escrito con la siguiente inscripción: «Año 1995, día 24 del mes de mayo. Muchas autoridades y pueblo llano asisten a la puesta de la primera piedra de este centro, prisión para unos, liberación para otros. Sea para bien de los ciudadanos que dentro quedarán y para todo el pueblo de Dueñas que hizo gala de solidaridad y bonhomía».

Además, se colocó una moneda acuñada en aquel año y un ejemplar del número 16.744 de DP, el publicado en la fecha del evento. Si el periódico se conserva en buen estado, aparecerán en portada la inauguración de la Comisaria Provincial de la Policía Nacional en Palencia y la de las obras de carácter hidráulico en Támara de Campos, Santoyo, Frómista, Osorno y Herrera de Pisuerga. Era la última semana de la campaña electoral de unos comicios autonómicos y municipales que en Castilla y León ganó Juan José Lucas y, en la capital, Marcelo de Manuel. En el interior se anunciaban, entre otros, el Renault 19 con aire acondicionado gratis, un Rover Serie 200 desde 1.698.000 pesetas y el siempre recordado Pryca.

PRIMERAS MUJERES. Fue una cárcel únicamente ocupada por hombres hasta el 15 de abril de 1999, cuando entraron las tres primeras mujeres presas. Lo hicieron con sus hijos, que tenían entre un mes de vida y tres años de edad. Se les dio la posibilidad de que sus vástagos fuesen a la guardería. Inicialmente iban a ser cinco las reclusas, pero se retrasó la incorporación de dos de ellas por problemas de salud de sus pequeños. 

En aquellas fechas, los sindicatos ya reclamaban mayor número de trabajadores y denunciaban agresiones de algunos presos. Lamentablemente, estos sucesos se han seguido repitiendo y han tenido su repercusión en la prensa. Claro que también se han celebrado actividades culturales y de ocio que tuvieron su eco en estas páginas, como competiciones deportivas o la proyección de películas de la Muestra de Cine Internacional de Palencia (MCIP). De hecho, los presos conceden desde hace tiempo un premio especial. Incluso ha sido testigo de, al menos, una boda entre dos reclusos, que se dieron el sí quiero mientras cumplían condena. Por otro lado, entidades como Aclad, Feafes, Proyecto Hombre, Plena Inclusión o la Universidad Popular de Palencia (UPP) han colaborado con La Moraleja en la rehabilitación de los presos.

Respecto al despacho del director, destacar que únicamente ha tenido dos inquilinos en sus primeros 25 años. Al primero, Hernando, le siguió en 2010, Diez Colado, precisamente dos de los que protagonizaron el traspaso de presos entre la capital y Dueñas.