«Tenemos muy buenas tierras pero no quieren que trabajemos»

Jesús Hoyos
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José Luis Marcos encara sus primeros días al frente de Asaja Palencia en un momento «difícil» en el que soportan especialmente la subida de los costes de producción. Afronta esta nueva etapa de su vida con «mucha ilusión y trabajo»

«Tenemos muy buenas tierras pero no quieren que trabajemos» - Foto: Juan Mellado

José Luis Marcos es, desde el viernes, el flamante presidente de Asaja Palencia tras relevar a Honorato Meneses. Un nuevo capítulo para la entidad en la que quiere «consolidar» el sindicato agrario como «referente» en la provincia. Marcos concede su primera entrevista en el marco de una manifestación en Madrid que se prevé histórica por afluencia.

Vaya momento ha elegido para asumir el cargo

Estamos ahora mismo en un momento un poco difícil para todos. Llevamos ya tiempo soportando el incremento de costes de los insumos y a eso se ha sumado la huelga de los transportistas, que apoyamos absolutamente. Es una situación delicada. Hicimos manifestaciones antes de la pandemia, que se pararon por causas sanitarias. Las retomamos en todas las provincias de España y ahora queremos acabar en Madrid. En función de los cambios que pueda haber o no, seguiremos luchando. 

Al suyo se han unido otros sectores del mundo rural

El sector agrícola produce los alimentos, como se vio en lo más duro de la pandemia. Somos parte de la cadena, pero los otros también están vinculados al mundo de los pueblos. Está todo relacionado: la tauromaquia no deja de ser un sector ganadero, por ejemplo.

¿Confían en que la movilización tenga repercusión?

Esperamos que sí. Se prevé que haya unas 200.000 personas. Si eso, en Madrid, la capital de España, no provoca repercusión es que los políticos que tenemos están sordos o miran para otro lado. Desde Palencia irán 1.000 personas o incluso más. Hemos tenido problemas de transporte, no había más hueco. Hemos tratado de que viniera todo el mundo.

¿Cuál ha sido la implicación de la gente de las ciudades?

En las manifestaciones previas a la pandemia, la gente urbana estuvo con nosotros. Al final, te das cuenta de que somos un sector estratégico. Sin nosotros no se producen alimentos y eso es lo fundamental en la vida. Creo que la gente de las ciudades es consciente y también estará ahí con nosotros.

Hay que destacar otra cosa. Nos achacaban que éramos un sector contaminante. Durante la pandemia, cuando solo estábamos nosotros y los otros trabajos esenciales, fue el momento en que menos contaminación hubo. Eso quiere decir que no somos preocupantes en ese sentido, sino al revés: somos necesarios en la cadena.

¿Qué defenderán?

En primer lugar, la bajada de todos los costes que tenemos ahora mismo a la hora de afrontar labores de agricultura y ganadería. En la primera, los insumos; en la segunda, que la comida de los animales tenga un precio aceptable. Después, por ejemplo, la Ley de Cadena Alimentaria. Ha surgido pero, de momento, el Gobierno no está haciendo por aplicarla. Igual que cumplimos unas leyes, pedimos que se aplique, basta que hacen una que creen que va a ser buena.

Hemos estado reivindicando que esta PAC nace muerta. La quieren hacer muy verde. España tiene tierras muy buenas y muy productivas, pero no quieren que trabajemos ahí. Nos ponen trabas a la hora de poder tirar fertilizantes, no nos dejan sembrar en las orillas de arroyos y ríos, etc. Llevamos 15 días de guerra y ya vemos desabastecimiento en los supermercados. Ya que tenemos las herramientas, los medios y los mejores agricultores, que nos dejen trabajar. También nos obligan a dejar tierras de barbecho y pedimos que nos las dejen sembrar con girasol. Pero nos lo tienen que decir ya para poder abastecer el mercado.

¿Ese desabastecimiento es real?

No alcanzo a saberlo pero ahí está. Se puede ver la escasez del aceite de girasol. A eso se ha juntado la huelga de transportes, por lo que puede haber más problemas en otros productos. Que tengan o no esos productos y sea una cuestión estratégica del Gobierno tampoco me extrañaría. 

¿Cómo está afectando el conflicto?

Ucrania es uno de los países de los que más cereales traemos, tanto trigo como maíz. O más del 50% de aceite de girasol. Nos abastecemos muchísimo de ese país. Si no podemos traer de allí esos productos, la repercusión en España y Europa va a ser muy importante.

¿Es posible ser autosuficiente para no depender del exterior?

Sí, con la PAC. Pero han hecho justo lo contrario que para producir. No entendemos cómo en China tratan de sembrar en el desierto del Gobi, incluso en la Antártida y en cualquier trozo de terreno que tengan para poder producir. En España, que tenemos zonas muy buenas y muy fértiles, ocurre al revés: nos lo prohíben.

¿Cómo afronta los primeros días  de mandato?

Las afronto con mucha ilusión y trabajo. Tenemos una gran manifestación en Madrid y seguiremos luchando y trabajando cada día y a cualquier hora.

Tengo una explotación con mi hermano en Villaldavín y compatibilizarla con el cargo requiere mucho tiempo, pero con esfuerzo se hacen las dos cosas. También estamos sufriendo la bajada en la rentabilidad. El gasóleo es tres veces más caro que en octubre. Entonces ya nos quejábamos de unos precios caros. Los fertilizantes, los herbicidas... todo ha subido. Dependemos de la cosecha y no sabemos si va a llover o no. Hemos adelantado mucho dinero y ya veremos lo que recogemos. En Palencia tenemos otro problema. Hay mucho regadío. En ambos sistemas, Pisuerga y Carrión, no hay agua para abastecer la agricultura.

¿Son suficientes las medidas aprobadas frente a la sequía? 

No. Han rebajado un 20% los módulos, pero es muy poco. Los insumos tienen que bajar muchísimo, quitando el IVA, por ejemplo. Todo el mundo está notando los costes de la gasolina o la luz. 

¿Qué decisiones se deben tomar a corto plazo?

Darle una vuelta a la PAC y bajar los impuestos. El coste del barril ha bajado pero la repercusión en las gasolineras no está, por ejemplo.