Editorial

Remozar la plaza Mayor y decidir el futuro de su monumento

Diario Palentino
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Será la dirección facultativa de las obras, cuando se adjudique, la que diga cómo, pero Patrimonio tendrá la última palabra. Es lógico, sobre todo si Palencia quiere seguir presumiendo de sus grandes artistas.

La plaza Mayor ha cambiado de aspecto en distintas ocasiones pero, dado que es el corazón del casco histórico, que alberga el palacio consistorial, que es el centro en el que convergen numerosas celebraciones, muchas de ellas multitudinarias, a lo largo del año y que acaba siendo lugar de paso obligado para cuantos visitan Palencia, esas transformaciones no pueden acometerse de cualquier manera ni a cualquier precio. Hay que cuidar de una manera especial tanto el pavimento, como los elementos de mobiliario urbano que lo acompañan. Ahora, el Ayuntamiento proyecta sustituir el solado por otro más cómodo y resistente, de manera que se ponga fin al deterioro que sufre y se logre una superficie lisa, que, al parecer, combinará losas de granito de dos colores. Se mantendrán, según el proyecto de regeneración redactado por los técnicos, los actuales bancos y los pocos árboles que tiene, pero se añadirán nuevas superficies para el descanso. En cuanto al coste, rondará los ochocientos mil euros, de los que casi 470.000 se financiarán con fondos europeos de la Edusi.  

Hasta aquí todo normal, más allá de que los ciudadanos puedan estar más o menos de acuerdo con lo proyectado. Todavía se oye quejarse a ciudadanos por el cambio de las farolas, incluso a quienes echan de menos las zonas ajardinadas que tuvo en su día y a los que vieron en fotografías antiguas la fuente que ocupaba el centro. Además, hay una especie de aceptación tácita de las tendencias generalizadas a dotar a las ciudades de grandes espacios diáfanos, con poca ornamentación y mucha geometría, que para muchos no solo son monocordes, sino frías en exceso, pero las corrientes y las modas cambias, las necesidades de accesibilidad también y en muchas ocasiones toca sacrificar la originalidad en aras de lo práctico o lo cómodo.

Lo que ya no parece de recibo es que se haya llegado a plantear la retirada del monumento que le da personalidad. La razón que argumentaban los responsables municipales era la de conseguir un espacio más diáfano, pero parecían olvidar que toda plaza Mayor que se precie, sea cual sea el tamaño de la población en la que se ubique, cuenta con un conjunto monumental o con una fuente ornamental, que son los que precisamente la distinguen de las de otros lugares. Tampoco debían recordar que el monumento se encargó con motivo del cuarto centenario de la muerte del insigne escultor paredeño Alonso Berruguete y que el no menos insigne Victorio Macho lo ideó para la plaza Mayor y por eso tiene esas dimensiones. Finalmente, desde el Consistorio se habla solo de moverlo unos metros más atrás para liberar espacio. Será la dirección facultativa de las obras, cuando se adjudique, la que diga cómo, pero Patrimonio tendrá la última palabra. Es lógico, sobre todo si Palencia quiere seguir presumiendo de sus grandes artistas.