Un lavado de cara para que recuperen el esplendor y la imagen que tenían cuando el obispo Juan Rodríguez de Fonseca patrocinó su encargo a principios del siglo XVI. Esa es la tarea en la que está inmersa la Real Fábrica de Tapices, que trabaja en la limpieza y restauración de las cuatro piezas procedentes de la catedral de Palencia que componen la serie La Salve y que serán parte de la gran exposición Renacer que conmemorará el VIICentenario de la seo capitalina a partir del mes de mayo.

Unos procedimientos sobre los tapices Salve Regina, A ti aclamamos, Ea, pues abogada nuestra y Jesús Bendito, cada uno en torno a los 4,5 metros de alto y 6,5 de ancho, de los que se está encargando el departamento de restauración de la Real Fábrica, encabezado por Verónica García. El trabajo más laborioso ya se ha llevado a cabo sobre el primero de ellos, el único que realmente será restaurado «de principio a fin». Y es que la semana pasada se realizó el lavado acuoso del Salve Regina, un proceso «interesante» que duró toda una jornada y que solo puede llevarse a cabo  en las instalaciones de la Real Fábrica, únicas en España y creadas específicamente para tapices de gran formato. «El solvente principal es el agua, unido a un tensioactivo natural que acelera la disolución de la suciedad. El tapiz se sumerge completamente, pero ante cualquier problema la plataforma se sube inmediatamente para eliminar el contacto directo con el agua», explica Verónica García a Diario Palentino. Además, previamente se realiza una batería de pruebas para evitar incidencias con el color, «de tal forma que, cuando el tapiz llega, sabemos perfectamente cómo se va a comportar cada fibra». La pieza ya está seca, se ha finalizado su limpieza y ha comenzado el proceso de consolidación, que busca darle una nueva estructura para fijar las zonas más debilitadas a un nuevo soporte y detener el deterioro.

A los otros tres solo se les cambiará el forro y se les someterá a una limpieza mecánica por microaspiración controlada en el anverso y el reverso para eliminar suciedad. «Hay zonas en las que el aspirado debe ser más suave porque existe rotura de hilos o el tapiz se puede rasgar, por lo que hay que proteger las fibras que están en peor estado de conservación», comenta García, quien añade que los trabajos deberán terminarse en la primera semana de mayo para llegar a tiempo a la exposición.

Tapices que renacen - Foto: FUNDACION REAL FABRICA DE TAPICESGarcía apunta que los cuatro tapices han sufrido intervenciones en diferentes momentos históricos. «Algunas a partir de los años 50 del siglo pasado -que sabemos por cortes en los forros- y otras anteriores, de finales del XIX e incluso antes», precisa. «Intervenciones entre comillas porque no parten de un cuidado y un conocimiento técnico por el resultado que dieron. Se hicieron con buena intención, pero no de forma profesional y están ocasionando deterioros a día de hoy», subraya.  

Seda. Otra peculiaridad es que en los tapices religiosos que incluyen haces de luz y rompimientos de gloria donde aparecen la virgen o ángeles se utilizaba 100% seda. «Esta es, de las fibras textiles, la más vulnerable a la luz, por lo que el deterioro es mayor que en las zonas de lana, más resistentes», aclara.

Dentro de la restauración y conservación de bienes muebles, existen líneas teóricas y metodológicas que guían toda intervención, como el principio de que esta sea mínima  -no realizar más procedimientos que los imprescindibles- y el de reversibilidad. «Todas las actuaciones se deben poder eliminar porque en un momento dado pueden aparecer nuevas y mejores técnicas gracias a la tecnología», explica.

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