Una realidad distinta

Jesús Hoyos
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Raquel Cagigal, mejor expediente nacional en Ingeniería de Minas, explora las opciones del sector una vez desaparecido el carbón con la vista puesta en los problemas ambientales del planeta

Una realidad distinta

Entró por casualidad y ha conseguido tener el mejor expediente de todo el país. La aguilarense Raquel Cagigal Amo estudiaba Arquitectura, pero, tras dos años en los que no sintió la conexión necesaria con esa carrera, decidió probar con la Ingeniería Minera.

La joven, de 24 años, reconoce a DP que no tenía una idea concreta acerca de la industria. Eso sí, vive en Menaza (Aguilar), así que la minería de Barruelo de Santullán o Vallejo de Orbó «siempre fue algo muy familiar y cercano». «Sabía cómo crecieron los pueblos y se fueron creando edificios residenciales para los trabajadores, por ejemplo», añade. 

Raquel Cagigal entró al grado pensando que «todas las ingenierías al principio son iguales» y que podría cambiarse si no le convencía el futuro. Pero el primer curso le gustó mucho y le fue muy bien. A la vista está después de que la Sociedad Española de Excelencia Académica (Sedea) la haya reconocido como la graduada más brillante de su titulación. Una distinción que la entidad concede en base al expediente, logros o participaciones en proyectos.

Estudió en Madrid, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica. Lo que más le sorprendió fue la geología. «Tenía una idea muy vaga de lo que se estudia en el instituto, como los tipos de rocas, algo que parece muy aburrido. Pero allí ves que esta ciencia tiene mucha importancia:trata de cómo se forman las rocas; de estas se extraen los minerales y de ellos obtenemos los metales», explica Cagigal, como una forma de ver la aplicación real de su estudio.

Pese a ser la que más incidencia tuvo en la provincia, la minería del carbón desapareció. «Es algo más histórico que práctico. Ahora vemos más nuevas tecnologías de extracción y de diseño», comenta. En España tienen importancia otros tipos de minería, como la de rocas ornamentales (pizarra y granito) y metales en Galicia, Salamanca, Extremadura y la parte occidental de Andalucía, «donde se extrae cobre o estaño con muchas aplicaciones», precisa.

Cagigal considera que la transición energética es «positiva» y que la minería tiene un futuro «asegurado» porque «para ese proceso se necesitan metales y tierras raras». «Se están impulsando proyectos dentro de Europa para no depender del exterior», apunta. Respecto a una minería sostenible en España, «hay que pasar legislaciones ambientales, las técnicas que se utilizan han mejorado y se tiene mucho cuidado en lo referente a controles y a la hora de estropear la menor cantidad de superficie posible o de potabilizar el agua si se degrada». Asegura que «las cosas no se hacen como antes y por eso se tiene una imagen tan mala de la minería». «Si se quiere un futuro limpio, este debe ir asociado a la minería porque es la que provee de todas las materias primas necesarias», subraya la joven.

Cagigal realizó sus prácticas en una consultora de minería y medio ambiente en Madrid y ahora cursa «por inquietud personal» un máster de Riesgos Naturales que ha puesto en práctica en Protección Civil. «Quería conocer la importancia de la ecología y la biodiversidad y aprender sobre cambio climático y efectos adversos que existen en el planeta. También sobre si la minería puede aportar algo en ese sentido», explica. 

No tiene claro su futuro, pero sí le gustaría vivir en una zona rural, «a ser posible en la Montaña Palentina» y, aunque no haya minas, confía «en poder trabajar en alguna empresa energética, de tratamiento de aguas o de residuos».