Juntas en casa... y en el campo

David Correia
-

El Real Valladolid se fijó en estas dos hermanas de Becerril de Campos, Yaiza y Nadia Arenal Trancho, que se incorporaron este año a su disciplina

Juntas en casa... y en el campo - Foto: Sara Muniosguren

En el momento en el que pasas media hora con ellas no hace falta indagar mucho para saber cuál es su pasión. Incluso un día festivo, en el que los entrenamientos con su nuevo club paran, ellas sacan el balón de casa y empiezan a pelotear en la plaza de su Becerril de Campos natal.

«Desde que son muy pequeñas ha sido su mayor entusiasmo», describe Blanca Trancho, la madre de las jóvenes Yaiza y Nadia Arenal. Dos hermanas que no sólo comparten su tiempo en casa, con su familia, sino que también lo hacen en el Real Valladolid, club que las ha fichado después de años de formación en el San Antonio de la capital palentina.

La primera llamada tenía que ver con la mayor de ellas, Yaiza, de 11 años. Fue este verano cuando el club dirigido por Ronaldo se interesó por la centrocampista de Becerril. «Desde que surgió la posibilidad, Yaiza no se lo pensó. Es una niña a la que le apasiona el fútbol, y seguir dando pasos en este mundo le hacía mucha ilusión», comenta Blanca.

Pese a su desempeño en el centro del campo en temporadas previas, Yaiza juega ahora de delantera centro en el equipo infantil del Real Valladolid. Cabe destacar que es la jugadora más pequeña de la plantilla, compartiendo vestuario con niñas de hasta tres años más que ella.

llamada inesperada. «¿Por qué a Yaiza sí y a mí no?», se preguntaba la menor de las hermanas, Nadia, de ocho años, después del fichaje de su hermana por el club blanquivioleta. Esa inocencia tan característica de estas edades tempranas, dejaría de ser eso, inocencia, para convertirse en realidad, cuando hace escasas semanas la familia volvía a recibir otra llamada de la disciplina vallisoletana, esta vez interesándose por la situación de Nadia Arenal.

En un primer momento fue complicado pensar que podrían aceptarlo, ya que la disponibilidad para hacer frente a la situación empezaba a ser complicada. Yaiza entrena tres días a la semana, lunes, miércoles y viernes, mientras que Nadia lo haría dos, martes y jueves. Toda una semana, incluidos los fines de semana por los partidos, de viajes a Valladolid para llevar a las pequeñas a los entrenamientos. Algo que, para los padres, que tienen que compaginarlo con su trabajo, no es fácil.

Pero con organización consiguieron encontrar la solución, y Nadia ingresó en el equipo benjamín del Real Valladolid. «Las semanas son muy exigentes ya que nosotros, los padres, tenemos que hacer encaje de bolillos para que ellas puedan ir todos los días a entrenar. Pero es algo que no nos importa y hacemos encantados, porque a ellas les apasiona. No van por hacer algo, sino porque realmente es lo que les gusta de verdad», afirma Blanca.

Un salto de calidad, sin duda, a las categorías inferiores de un club profesional. Algo que se nota en todo, incluso en los equipos benjamín e infantil. «Tienen hasta psicólogo, que les ayuda, si lo necesitan, con el desarrollo escolar», sostiene la madre de las jugadoras. Una ayuda que Yaiza y Nadia no requieren, ya que siempre han sido de «sobresaliente». Y es que, como Blanca confirma, el deporte siempre ayuda a la disciplina. «Ellas ya saben, desde muy pequeñas, que para ir a entrenar por la tarde hay que dejar los deberes hechos antes. Según salen del colegio, comen y se ponen inmediatamente a ello. Sería imposible ponerse a estudiar cuando llegan, a las nueve de la noche, exhaustas. Y eso es algo que han aprendido también gracias al fútbol», sentencia.

Yaiza y Nadia afrontan una temporada nueva e ilusionante. Pero, lo que es más importante, seguirán un año más haciendo lo que quieren: jugar al fútbol.