Los productos palentinos conquistan el paladar madrileño

David Herrero (ical)
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Segundo Redondo, que desciende de Marcilla de Campos, regenta un establecimiento en Móstoles donde los alimentos de la provincia palentina se convierten en los protagonistas

Los productos palentinos conquistan el paladar madrileño - Foto: ICAL

E n  Madrid «hay de todo y puedes encontrar los productos que quieras, pero yo prefiero traerlos de Palencia, al buscar la calidad a la hora de comprar», subraya el dueño de la Taberna Tres Hermanos de Móstoles, Segundo Redondo. Lechazo churro, caracoles, pimiento, morcilla o quesos definen a la perfección el alto nivel, porque «Palencia es una bomba de sabores», incide.

No hace falta leer mucho más para darse cuenta del cariño y el palentinismo que desborda Redondo, que desde la Comunidad de Madrid se convierte en el mejor embajador que puede tener la provincia, por eso de conquistar al cliente por el paladar con productos de extrema calidad y de la tierra.

El hostelero explica a la Agencia Ical que nació en Madrid, pero se siente palentino. Su padre, de Marcilla de Campos, emigró por trabajo a la capital de España, donde conoció a su madre, motivo por el que echaron raíces, concretamente, en Móstoles. Aspecto que no ha provocado un olvido de su tierra querida, con diversas visitas a Palencia.

La comida es muy casera, porque se elaboran recetas que tienen tradición familiar. «Mi padre las aprendió de su abuela y yo de él. Se pueden elaborar con alimentos comprados en Madrid, pero si son de las tierras palentinas es brutal y cambia el sabor», apunta.

cachopos palentinos. Uno de los mayores atractivos gastronómicos de Tres Hermanos corresponde a sus cachopos, pero no unos cualquiera, sino muy palentinos, al emplear carne y queso de la provincia. Además, uno de ellos lleva el nombre de Palencia, dado que está relleno de morcilla de Villada con mermelada de pimientos de Torquemada, lo que es «una mezcla riquísima».

De igual manera, en esta taberna tienen el cachopo de las dos Castillas, que hace un guiño a Guadalajara, de donde desciende la mujer de Segundo Redondo, y donde han abierto recientemente un pequeño hotel rural con restaurante. Este cachopo tiene mezcla de dos quesos, como es el manchego y el palentino, así como jamón, que también es manchego, porque su madre pertenece a Toledo, desgrana a Ical.

Calidad, profesionalidad y saber, que se unen a las tradiciones y el cocinar de siempre, de la mano del mortero, los majados típicos con ajo y perejil y el pimentón. Insuperable.

embajador de la tierra. Palencia por encima de todo. A Redondo le encanta ofrecer todos sus productos, ya que cree que hay «muy buena gastronomía en una provincia bastante desconocida». Por ello, intenta ayudar en todo lo que puede para dar a conocer todo lo bueno que albergan las tierras palentinas.

Emplea de muy buena forma el paladar madrileño para promocionar Palencia, además de convertirse en un elemento diferenciador con el resto de establecimientos. «A la gente le gusta tener lugares en los que poder degustar platos de otras provincias sin necesidad de salir de Madrid, más si cabe durante estos momentos de pandemia», afirma. Redondo deja claro a la Agencia Ical que Palencia es parte de sus raíces, donde ha pasado gran parte de su infancia y conserva grandes amigos y buenos recuerdos. «Siempre que puedo voy por allí y me relajo con paseos por los campos de mi pueblo», afirma quien pone en valor la cultura, la gente y todo lo que rodea a la provincia resguardada bajo el Cristo del Otero.