En el término de Royales, a medio camino entre las localidades de Olmos de Pisuerga y Valtierra de Riopisuerga (Burgos), se encuentran los restos del puente de San Pedro, una enigmática infraestructura sometida durante varios siglos al abandono y al ostracismo que no solo se resiste a desaparecer, sino que ha logrado unir a los vecinos de uno y otro lado de la frontera provincial en torno a un proyecto que pretende estudiar, recuperar y poner en valor las ruinas y su entorno.
«Las primeras noticias sobre el puente datan del siglo XVI y están ligadas a la Cofradía de los Doce Clérigos, aunque su fábrica probablemente sea más antigua. Sospechamos, pero no podemos afirmar, que su construcción fue sufragada por un Trastámara: Juan I o Juan II», explica Alejandro Ramos, que junto a Raúl Rubio ha impulsado la puesta en marcha del denominado Proyecto Royales con el objetivo de indagar en el pasado de la estructura y de consolidar lo que queda de ella.
Lo que sí está claro es que los restos del puente de San Pedro de Royales forman parte de una gran obra civil construida sobre las aguas del Pisuerga y asociada a un hospital de peregrinos fundado por la poderosa casa de Lara hacia el siglo XII que desapareció en el XIX. El viaducto, del que actualmente solo se conservan uno de los ocho ojos que tuvo y algunos pilares, probablemente sustituyó a un paso más antiguo de época altomedieval. «Su potencial arqueológico es enorme, puesto que existen muy pocas referencias documentales sobre este lugar», matiza Ramos.
Proyecto Royales - Foto: Alberto Rodrigo
Una de las más destacadas es la que realizó un ingeniero enviado por Carlos IIIhasta la zona para analizar el estado del puente y elaborar un proyecto de restauración que nunca vio la luz. Al parecer, los planos se encuentran en el Archivo Histórico Nacional. A partir de esa fecha, las noticias son igualmente escasas: Gaspar de Jovellanos menciona el lugar durante un viaje por el Canal de Castilla en 1785 y Pascual Madoz lo señala en su diccionario en 1849 como «obra de sólida construcción aunque arruinada».
«El puente tuvo muy poca vida. Probablemente quedó sin uso a mediados del siglo XVII, cuando una riada se llevó por delante los arcos más pequeños situados a ambos lados de la infraestructura», continúa el profesor Alejandro Ramos, que también hace referencia al carácter «legendario» que envuelve al puente de San Pedro de Royales. «Corría el rumor de que lo habían tirado los franceses, aunque esta teoría ha quedado totalmente descartada», indica.
«El lugar ha estado rodeado siempre por un halo de misterio, alimentado probablemente por el desconocimiento de su historia, parca en cuanto a fuentes documentales. Si a ello sumamos una situación aislada, un explio secular y el aspecto evocador de sus ruinas tendremos un puente de leyenda», expresan desde Proyecto Royales, una iniciativa que quiere sentar las bases para un estudio científico riguroso «que aporte luz a este lugar mágico y desconocido».
Proyecto Royales - Foto: Alberto Rodrigo
Asimismo, el pasado mes de agosto se llevaron a cabo las primeras acciones para limpiar de maleza el monumento y sus alrededores, una intervención que también se centró en evitar el inmediato derrumbe del único arco que se mantiene en pie. «Lo hemos apuntalado y asegurado con una losa de hormigón», asegura Ramos al tiempo que califica de «milagro» el hecho de que el ojo se sostuviera apoyado sobre un único sillar. «También se conservan los cimientos de la orilla palentina, la estructura de algunos pilares y una vanguardia que evitaba la entrada del agua en las tierras», añade.
Los trabajos se han podido ejecutar gracias a la colaboración altruista de los vecinos de la zona y al apoyo del Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga, de quien depende la pedanía de Olmos, en cuyo término municipal se encuentra el puente. «La gran decepción ha sido el Consistorio de Valtierra, que no quiere saber nada del tema. También se han implicado Melgar y Rezmondo y la Diputación de Burgos, a la que ojalá se sume en 2021 la de Palencia», detalla Alejandro Ramos, que junto a Raúl Rubio comenzó la investigación hace diez años aunque ambos sintieron atracción por este lugar desde su infancia.
Su amistad y colaboración para la puesta en marcha de este proyecto demuestra que el Pisuerga -río que antes vadeaba el puente de San Pedro de Royales y ahora discurre 200 metros más al este- puede actuar como frontera, pero también como elemento de contacto y unión. De hecho, el objetivo de esta iniciativa, además de demostrar la antigua existencia de una importante vía de comunicación, es dinamizar la comarca. «Esta es una zona muy deprimida. Con este proyecto queremos ofrecer una alternativa a grandes y pequeños, dar vida a los pueblos, concienciar sobre el patrimonio y animar a la gente a que vuelva al pueblo para colaborar en la puesta en valor de este entorno que, además, tiene una gran riqueza paisajística», manifiesta el historiador burgalés.
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Las actuaciones, además, han sacado a la luz marcas de cantero similares a las del monasterio de San Andrés de Arroyo, «por lo que el puente podría ser mucho más antiguo de lo que se pensaba», dice Ramos, que ya está diseñando la campaña de 2021 y trabajando en la creación de una asociación que facilite el acceso a nuevas fuentes de financión. «Ni podemos ni queremos reconstruir el puente, pero sí es nuestra intención recuperar parte de su esplendor», concluye uno de los impulsores de este proyecto compartido por Burgos y Palencia.