Los vecinos de Guardo dejaron ayer la vergüenza bien guardada en el fondo del armario y se enfundaron en vistosos atuendos que remataron con coloridos complementos para hacer las delicias de participantes y curiosos. Así arrancó su Carnaval Musical, que este año alcanzó su decimoquinta edición gracias al esfuerzo de la Agrupación Musical de Guardo (AMGu) y del Ayuntamiento por sacar adelante una fiesta con carácter propio y vinculada a la música, el arte y la cultura.
El gran desfile, que recorrió las principales calles del casco urbano, contó con la participación de más de 200 vecinos. Y es que pudieron verse hasta catorce grupos (inscritos oficialmente) disfrazados de animales, payasos, bomberos, muñecas, científicos, guerreros aztecas, estrellas de rock y simpáticas abejas con sus apicultores. Tampoco faltó la batukada de AMGu.
Eso sí, la protagonista indiscutible del gran desfile fue la carroza con la falla de Don Gong -instrumento elegido este año-, que cerró la comitiva acompañada por una treintena de alumnos y profesores de la Escuela de Música, Danza, Teatro y Artes Plásticas disfrazados para la ocasión de ciudadanos del gigante chino. La figura, un humanoide de dos metros de altura, presidió una carroza adornada a modo de templo chino, con escaleras y columnas típicas de aquel país asiático.
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El pasacalles finalizó en la carpa de la plaza de la Constitución, donde los guardenses y los vecinos llegados desde el resto de la comarca -también es referente en la Montaña Oriental Leonesa- pudieron disfrutar de la música de la discomóvil.