Huellas de la cultura islámica

DP
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El Museo de Palencia exhibe en la vitrina de fondos inéditos diferentes piezas

Huellas de la cultura islámica - Foto: Óscar Navarro

Las huellas de la presencia islámica en la provincia  «no son muy numerosas, quizá por la temprana incorporación de estos territorios a los dominios cristianos de los reyes de León y los condes de Castilla», afirma desde el Museo de Palencia su director, Javier Pérez, y es que en este la vitrina de fondos inéditos exhibe (hasta el 31 de octubre) «una pequeña muestra de esta otra realidad: los testigos directos de una población islámica palentina en la plenitud de la Edad Media». El conjunto está compuesto por un lote de monedas, un candil de tipología hispano-musulmana y un fragmento de cuenco con una inscripción en árabe.  

Javier Pérez junto con Javier Abarquero -conservador del museo-, explican que «en la Palencia del medievo no faltan ejemplos artísticos y de cultura material con una fuerte raíz andalusí, como ocurre en el caso de la cerámica engobada bajomedieval o las múltiples facetas del estilo mudéjar», y añaden que «son mucho más escasos, sin embargo, los objetos específicos de aquella cultura, creados y diseñados para servicio de la propia comunidad musulmana». 

dirhams.  Sobre las monedas islámicas que pueden verse, desde el Museo indican que proceden de la donación anónima de un palentino, realizada en 1936, a la Junta de Defensa Nacional en la que no se señalaba su origen,  por lo no puede  asegurar que fueran halladas en la provincia. «Afortunadamente, se salvaron de la fundición a la que estaban destinadas y poco después pasaron a formar parte de las colecciones originales de museo», subraya. 

Entre los once ejemplares, figuran un dinar y dos cuartos de dinar de oro, cuatro dirhams y un quirate de plata, otro dirham de vellón y un felús de cobre. «Alguna de las monedas ha sido acuñada fuera de la Península, pero la mayoría procede de cecas andalusíes: Toledo, Córdoba y Granada, y responden a una cronología antigua, entre los siglos IX y XII, es decir, a época emiral, califal y hasta los primeros momentos de los reinos de Taifa», explican Pérez y Abarquero, quienes hacen referencia a que debido a los preceptos religiosos del Corán, las monedas islámicas carecen de representaciones iconográficas. En lugar de las efigies de los gobernantes, el cospel está ocupado en toda su extensión por inscripciones en escritura cúfica primero y nasjí o cursiva después, a partir del siglo VI de la Hégira. 

«Las leyendas grabadas en sus cuños son tanto de carácter religioso como de signo político. Las primeras aluden generalmente a Allah y a la misión profética de Mu?ammad, recurriendo además a algunos pasajes coránicos. Las segundas recogen el nombre del califa con sus títulos y sobrenombres honoríficos. A todo ello se añaden la fecha, el valor y la ceca», recoge la información sobre la exposición, en la que también se menciona que su presencia en los reinos cristianos durante la Edad Media no es extraña, puesto que aquellos no empezaron a acuñar su propia moneda hasta el siglo XI, y todavía en escasa proporción, utilizando en no pocas ocasiones hasta entonces las monedas llegadas de al-Ándalus.

El candil, un elemento que recuerda a las viejas lucernas romanas, muestra una inequívoca tipología islámica (cazoleta redondeada, asa dorsal, gollete estrecho y piquera prolongada) y una decoración con líneas marrones pintadas en la pared y el fondo. Su cronología puede llevarse a los siglos X-XI (época califal o principios de los reinos de Taifas), es decir, un momento sensiblemente similar al del lote de monedas. Sin embargo, como ocurre con las monedas, el museo tampoco sabe nada de su origen, aunque suponer que fue hallado en algún punto de la geografía palentina y, más probablemente, de la propia capital, puesto que se encuentra inventariado con otras piezas de esta misma procedencia.

San Marcos.  En cuanto al cuenco con inscripción, fue recuperado en 2018 en una intervención arqueológica en la calle San Marcos, frente al edificio del propio Museo de Palencia, aunque en un nivel muy alterado en el que se daban cita materiales cerámicos de diferente cronología. Se trata de un recipiente de loza esmaltado en blanco y con pie anular que debemos fechar ya en época bajomedieval y que tiene la peculiaridad de mostrar en su interior una inscripción en caracteres arábigos. La frase escrita, pese a estar incompleta, podría tener un carácter protector y puede traducirse como La bendición de Dios para D…, conservándose únicamente la inicial del personaje al que se dedica, quizá el dueño de la pieza. 

Desde el museo se destaca que «resulta interesante reflejar que el lugar del hallazgo de esta última inscripción coincide con la ubicación propuesta para la morería de la ciudad de Palencia, como parece indicar el hecho de que ese fuera el nombre de la calle antes del decreto de bautismo obligatorio de 1502, cuando se cambió por la denominación actual, y que allí se encontrara también su mezquita, cuyos restos eran reconocibles en las traseras de la Casa del Cordón todavía en el siglo XIX».

«Los documentos nos dicen que la comunidad islámica palentina no fue muy numerosa, sin embargo, ya sea de manera directa, como nos muestran estas piezas, o a través de los artistas y alfareros mudéjares y moriscos que trabajan al servicio del resto de la sociedad, también dejó impresa su huella en la provincia de manera que su mensaje, de forma más o menos tibia, se ha trasmitido hasta llegar a la actualidad», concluyen desde el museo.