Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Destapar el arte

18/11/2022

Las Ferias del Libro en la provincia de Palencia, además del encuentro con tus lectores, te permiten a la sociedad conocer a otros autores y enriquecerse también con sus trabajos. La última Feria de Guardo, donde exponen cada año entre seis y ocho autores, me ha traído la amistad de Julián González Prieto, un palentino que dedicó su vida a la enseñanza en León y que en los últimos años nos ha sorprendido con historias como El tren burra, el Vexu Kamín o San Isidoro, este último volumen presentado a primeros de octubre en el marco de La Real Colegiata de la ciudad vecina. 
Pero fue unos años atrás cuando, merced a este evento, conocí a Ramiro Tarilonte, y su trabajo sobre La Olmeda, que me empujó sin duda a conocerla y sorprenderme tanto, preguntándome una y otra vez por aquellos cuatro mil metros de maravillosos mosaicos tapados durante siglos. La magia de su descubrimiento encontró la generosa mano de Javier Cortés, que lo rescató, no sin arduos esfuerzos; lo promocionó por la península y fuera de ella y defendió su enclave hasta su muerte. Finalmente, en un acto de generosidad y de cordura, tan poco frecuente en nuestro tiempo, lo donó en 1980 a la Diputación Provincial de Palencia. En todas partes, incluso en medio de las pandemias y las guerras, aparecen de vez en cuando restos de otras épocas de los que no se sabía casi nada. Ocurre en todo el mundo. 
En los últimos años en Samico, la región griega de Élide, se descubrieron los restos de un templo que los arqueólogos identifican como el templo de Poseidón descrito por Estrabón en el libro octavo de su Geografía. Cuando viajé por última vez a Zaragoza la primavera pasada me impresionó el teatro romano descubierto hace ya unos cuantos años, cuando una institución pretendía levantar allí unos edificios. 
Y ahora es noticia en todo el mundo las termas romanas que acaban de descubrirse en Huerta Varona, que adelantan un milenio los orígenes de Aguilar de Campoo.