Una aproximación más familiar a los problemas alimentarios

Jesús Hoyos
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Salud Mental Palencia incide en trabajar la autoestima, la imagen y percepción del cuerpo, las habilidades sociales y la autoconciencia. «Se sienten en un lugar más cercano», explican

La psicóloga de Salud Mental, Lorena Mocha, se refiere a la mayor facilidad de las asociaciones para atender a los pacientes respecto a la sanidad pública. - Foto: Sara Muniosguren

Una pronta acogida, una mayor facilidad en la recepción y frecuencia de las consultas y la sensación de estar en un lugar «más familiar, menos hospitalario e institucionalizado». Esas son algunas de las razones por las que muchas personas optan por las asociaciones a la hora de abordar sus trastornos de la alimentación. 

Salud Mental Palencia trabaja, entre otras patologías, con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Lorena Mocha, una de sus psicólogas, detalla a DP los tratamientos que llevan a cabo con quien llega a la asociación a través del boca-oreja, principalmente, en busca de apoyo psicológico y social. «Se puede trabajar a nivel individual o grupal, con sesiones donde haya orientación familiar, terapia cognitivo-conductual o grupos para padres», explica Mocha, quien subraya que, en ocasiones, «cuesta tener conciencia de los trastornos y pueden llegar cuando la cosa está muy avanzada».

El tratamiento debe ser multidisciplinar (psicólogos, nutricionistas, psiquiatras, etc.) y lo urgente es «recuperar la nutrición para que el estado de salud no corra riesgo». En las consultas individuales, se trabaja la autoestima, la imagen y percepción del cuerpo, las habilidades sociales, la regulación de emociones, la motivación y la autoconciencia del problema, detalla Mocha.

«Vivimos en una sociedad con unos cánones de belleza determinados que condicionan mucho, y más a las edades a las que estas patologías debutan -comenta-. Hay muchos cambios corporales y por ello hay que trabajar en la reestructuración de ideas que muchas veces son erróneas: tienen que aprender a aceptarse, quererse y valorarse como son». Las causas son múltiples y las hay biológicas, genéticas, conductuales, socioculturales y psicológicas. «Se puede tener predisposición, pero no sufrir TCA», añade. También influyen las vivencias previas. «Si han sufrido bullying y no han dispuesto de herramientas para afrontarlo, el conjunto les lleva a ello», explica Mocha acerca de unos TCA que suelen ir acompañados de ansiedad, depresión y trastornos de personalidad asociados a conductas impulsivas.

Padecer este tipo de enfermedades «afecta a todas las áreas de la vida». «Concentran todos sus esfuerzos en la imagen. No se ven bien y no tienen relaciones sociales, se aíslan y lo tienden a ocultar a sus familias», precisa la psicóloga.

Respecto a por qué algunos deciden acudir a asociaciones, Mocha cree que quizá las ven como algo «más cercano» y asequible económicamente. La psicóloga se lamenta también del déficit de la sanidad pública:«pocos profesionales y muy saturados a los que la pandemia tampoco ha ayudado». «Hacen y llegan hasta donde pueden», concluye.

 

Prevención. La labor de sensibilización y prevención de Salud Mental se centra en mayores de 16 años, con charlas en institutos y universidades a las que, antes de la pandemia, se sumaban jornadas divulgativas y abiertas a toda la población con expertos ponentes para acercar la salud mental a la sociedad.