La castañera recurre el rechazo de sus alegaciones

Carlos H. Sanz
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Lourdes Gutiérrez presenta un recurso de reposición a la decisión municipal mientras medita marcharse de la ciudad

La castañera recurre el rechazo de sus alegaciones - Foto: Óscar Navarro

El Ayuntamiento ha desestimado las alegaciones presentadas por Lourdes Gutiérrez, la castañera de los Cuatro Cantones, y la obliga a pagar la tasa por uso del dominio público establecida en las ordenanzas conforme a las mediciones realizadas por la inspección, lo que supone pasar de abonar unos 800 euros por temporada, a más de 1.500 euros.

Cabe recordar que Lourdes Gutuiérrez -que ya ha presentado un recurso de reposición- lleva años reclamando que se revise esta tasa para que sea menos gravosa para estos vendedores de temporada, un negocio con el que nadie se puede hacer millonario y en el que siempre una gran ilusión, participando de cuanta celebración tuviese lugar en la ciudad, decorando su tren-horno e, incluso, disfrazándose.

Varios años en los que siempre recibió promesas y buenas palabras por parte del equipo de Gobierno, pero que nunca se materializaron. El año pasado cometió el error, mal aconsejada, de liquidar el impuesto por menos metros cuadrados de los que ocupa, lo que, eso sí, atrajo la atención de la inspección municipal, que realizó nuevas medidas y la reclamó la tasa completa así como una sanción.

Su caso, desvelado por este periódico, obligó al Ayuntamiento a reunirse con Lourdes Gutiérrez para abordar el asunto. «Por intentar solucionar el problema por las buenas y hablando con quien correspondía, me encuentro, otra vez, con una carta del Ayuntamiento en la que me dicen que tengo que pagar todo en el plazo de menos de un mes porque así está puesto en sus ordenanzas, y si no lo hago me incrementan un 20% a mayores. Y todo sin haber logrado cambiar absolutamente nada, y sin visos de que esto se arregle, al menos de una manera temprana y satisfactoria», comenta Lourdes Gutiérrez.  

«Me siento utilizada, decepcionada y triste. Confié en que esto, entre todos, se podría solucionar, pero a nadie en el Ayuntamiento se le ocurre, después de reconocer que está mal hecho, busca una solución viable», añade. Por eso, la castañera media buscar una nueva estación para su tren de invierno. «Estoy mirando otras opciones, como la de marcharme a otras ciudades, porque la de guardar mi tren, mi inversión y mi ilusión está descartada totalmente», finaliza.